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domingo,
30 de
abril de
2006 |
La escasez abre
la puerta al
negocio nuclear
Daniel Busto
Los tiempos cambian a 20 años de Chernobyl. La amenaza del calentamiento global, la necesidad de cumplir con el tratado de Kioto y la escasez de hidrocarburos, han revertido el sentir nuclear.
Tras el impacto en la opinión pública por los accidentes en Pennsylvania (marzo de 1979) y Chernobyl (abril de 1986), el sector de energía nuclear quedó de capa caída. Hasta la misma Organización Internacional para la Energía Atómica (Oiea), en su análisis World Energy Outlook de 2004, precisaba que durante el período 2002-2030 la capacidad nuclear decrecería en la torta total de generación eléctrica, del 17% al 9%. Pero estos pareceres están llamados a cambiar: todo indica que se asistirá a una notable adición de nueva capacidad nuclear, especialmente en varios países asiáticos, lo cual será matizado por la retirada de reactores que habrán cubierto su ciclo operativo.
La perspectiva de la energía atómica en sólo año y medio ha sido espectacular. El Outlook 2005 de la Oiea contradice las conclusiones del estudio anterior, y prevé un sustancial aumento para el período 2002-2025.
La necesidad diaria de unos 20 millones de barriles de crudo por día llevaron al presidente estadounidense George W. Bush a rubricar su plan energético, prometiendo subsidios récord para inversiones en energías renovables, construcción de nuevos reactores y aliento a los autos híbridos. Francia relanzó su plan nuclear y Finlandia construye reactores de tercera generación. China dedicará 45.000 millones de euros a la construcción de cuatro decenas de reactores en los próximos quince años. India, Japón y Corea del sur tienen en construcción 8, 3 y 2 centrales, respectivamente.
Patrick Moore también ha evolucionado. El cofundador de Greenpeace cree que la seguridad de las actuales centrales nucleares ha mejorado notablemente y pueden salvarnos del angustiante cambio climático. El Vaticano es uno de los países fundadores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (Aiea) en 1957, nacida para evitar el uso de material atómico con fines militares. Ha aprovechado el 20º aniversario del desastre de Chernobyl. El purpurado animó a analizar los pro y contra de las posibilidades que brinda la energía nuclear. Según Rotunno, ingeniero nuclear y líder del "Comité de católicos por una civilización del amor", que "una sola cabeza nuclear sería suficiente para suministrar placas solares a diez poblados africanos azotados por la miseria".
Son verdades a medias: reducir el calentamiento global en sólo dos décimas de grados centígrados a finales de siglo supondría construir 17 plantas nucleares por año hasta el siglo XXII. O sea que, el elevado consumo de "oro negro" debido al crecimiento global se mantendrá impertérrito en su rumbo. En suma, es por el lado de la demanda por donde el mercado del petróleo está siendo más incisivo al punto que FMI hace ejercicios de simulación con u$s 120 el barril. Claro, por las dudas.
Estrategias hegemónicas aparte, el precio del crudo disparado por sobre los 70 dólares, encendió la alerta. En tanto la ofensiva nuclear no se detiene y empresas como Toshiba-Westinghouse, British Nuclear, Mitsubishi, Mitsui, Marubeni, Shaw, Areva, EADS nuclear, Siemens y Alston afilan sus dientes en busca de su parte de pastel en la economía global.
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