Legislatura: el derecho a la información arranca de cero

Atilio Pravisani / La Capital

La Cámara baja santafesina concluyó ayer sus sesiones extraordinarias sin haber tratado el proyecto de derecho a la información, que perdió así estado parlamentario. No fue un olvido, se trató de una jugada de pizarrón: ahora el bloque de diputados justicialistas ingresará la iniciativa en el nuevo período ordinario de sesiones y, gracias a su mayoría, garantizará su aprobación sin el polémico requisito de "interés legítimo" que le habían introducido los senadores.

Si Diputados hubiera insistido con su dictamen (que no incluye el "interés legítimo"), éste no hubiese superado la disposición parlamentaria que le otorga prioridad a la Cámara de origen (Senadores) para el caso en que ambos cuerpos insistan en sus respectivas posiciones.

Ahora, el bloque del PJ ingresará como proyecto de ley el texto en el que habían coincidido los distintos sectores en Diputados (básicamente, el que fue remitido por la Casa Gris). Luego buscará un acuerdo con el Senado. De no lograrse, Diputados, como Cámara de origen, podrá, ahora sí, imponer el número y dejar sancionada la tan ansiada norma del derecho a la información, reclamada por varias organizaciones sociales, entre ellas el Sindicato de Prensa Rosario.

Tras la conclusión de las extraordinarias, Diputados se reunirá el martes en las sesiones preparatorias, donde está previsto que sean ratificadas sus autoridades. Todo hace suponer que el justicialista Edmundo Barrera (reutemismo) continuará en la presidencia de la Cámara, secundado en la vicepresidencia 1ª por Gustavo Deheza (Liga de Intendentes). No se sabe aún qué legislador de la oposición ocupará la vice segunda, actualmente a cargo Sergio Liberatti (socialismo).

"Aunque muchos ni siquiera lo pensaban, el peronismo legislativo mantiene su unidad y por tercer año consecutivo convalida a las autoridades; se trata de un claro ejemplo de que primero están las instituciones y luego las posiciones sectoriales", sostuvo ayer a La Capital, el obeidista Mario Lacava.

Al iniciarse el actual período gubernativo no eran pocos los que auguraban un futuro tormentoso en un bloque donde la heterogeneidad era uno de los datos más notorios. Sin embargo la disciplina partidaria siempre estuvo por encima de las diferencias, que no fueron menores durante los dos primeros años.