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 viernes, 21 de abril de 2006  
Por los caminos de Irán: Brasil también enriquece uranio
El país vecino se prepara para inaugurar una planta nuclear donde también se podrían fabricar bombas atómicas

Resende, Brasil. - En momentos en que Estados Unidos lidera una campaña global para prevenir que Irán desarrolle la materia prima para producir armamentos nucleares, Brasil se prepara discretamente para inaugurar su propio centro de enriquecimiento de uranio, capaz de generar exactamente el mismo combustible.

Brasil es firmante, al igual que Irán, del Tratado de No Proliferación. Y el uso de la energía nuclear para fines militares está prohibido tajantemente en la Constitución.

Pero también, al igual que Irán, Brasil mantiene en secreto algunos aspectos de su tecnología nuclear y afirma que su programa tiene finalidades pacíficas. La afirmación es vista con cautela por los expertos nucleares. Y si bien Brasil coopera más que Irán con las inspecciones internacionales, algunos están preocupados con la capacidad de enriquecimiento alcanzada y que eventualmente generará más combustible del necesario para sus dos plantas nucleares, lo que sugiere que Brasil puede estar pensando sobre sus compromisos con la no proliferación.

El Brasil pacifista y democrático no representa amenaza alguna para sus vecinos, pero a expertos en armas también les preocupa que el caso brasileño debilite los esfuerzos internacionales para contener las ambiciones nucleares iraníes.

"Brasil sigue un camino (técnicamente) similar al de Irán, pero Irán es el que llama la atención", dijo Marshal Eakin, director ejecutivo de la Asociación de Estudios Brasileños y profesor de historia de la universidad estadounidense de Vanderbilt. "De hecho, Brasil se beneficia de los problemas con Irán", aseguró.

Mientras que Irán encabeza una guerra verbal contra Israel y desafió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a que detenga todo enriquecimiento de uranio, Brasil no tiene disputas limítrofes, no está en carrera armamentista, y se empeña por tener buenas relaciones con todas las naciones. Su última guerra acabó en 1870.

"Brasil no engaña al Tratado de No Proliferación y no está ubicado en un área de alta tensión", dijo David Albright, ex inspector de las Naciones Unidas a cargo del Instituto para las Ciencias y la Seguridad Internacional, en Washington.

La embajada de Estados Unidos en Brasilia remitió las preguntas sobre el tema al departamento de Estado en Washington, donde el portavoz Sean McCormack descartó todo paralelo entre Brasil e Irán. "Entiendo que ellos tienen un programa nuclear pacífico", dijo ayer McCormack.

Con todo, el programa nuclear brasileño y sus objeciones a inspecciones irrestrictas han levantado sospechas en otras latitudes. Industrias Nucleares de Brasil S.A. ha estado realizando las pruebas finales en la planta de enriquecimiento levantada en una ex plantación de café en Resende, a 146 kilómetros de Río de Janeiro. Cuando sea inaugurada hacia fines de año, Brasil pasará a ser parte de una estrecha elite nuclear: sólo nueve países son capaces de enriquecer uranio.

Brasil es el sexto país en reservas de uranio en el mundo, pero hasta que la planta sea operacional no puede utilizar el combustible como energía sin enviarlo para Urenco, el consorcio europeo que enriquece uranio.

La planta será capaz de enriquecer al menos al 5% el uranio-235, el isótopo necesario para alimentar sus dos reactores. Las cabezas nucleares necesitan el material enriquecido al 95%, nivel que Brasil asegura que no puede producir y que no producirá. "Si se puede enriquecer al 5% uno se encuentra a décadas de enriquecerlo al 90%", declaró el presidente del CNEN, Odair Dias Goncalves. "Uno necesita de toda una nueva tecnología, que nosotros no tenemos." Pero el ex inspector de Naciones Unidas, Albright, dice que trabajó con Goncalves en un proyecto para mostrar que las centrífugas brasileñas podrían ser utilizadas para producir uranio altamente enriquecido, aunque ese no era el uso que se les daría.

"Las centrífugas son muy flexibles", dijo. "Reconfigurando las cascadas o reciclando el uranio enriquecido varias veces uno puede conseguir material del grado necesario para producir armas", afirmó. Y en tanto que la capacidad nuclear iraní no es conocida por completo, los expertos estiman que, con suerte y experiencia, Brasil podría producir suficiente uranio-235 para una bomba nuclear en 2009.

Los dirigentes brasileños subrayan que el combustible será utilizado en la industria nuclear, en la que se han invertido unos 1.000 millones de dólares. Brasil es el principal productor de energía atómica en América Latina, proyecta siete nuevas plantas para reducir su dependencia del petróleo y la hidroelectricidad, y planea exportar uranio enriquecido para energía.

El país tuvo grandes ambiciones nucleares durante la dictadura militar (1964-1985), cuando construyó dos plantas de energía atómica, trabajó en el desarrollo de un submarino nuclear y secretamente planeaba probar una bomba atómica.

Esa idea fue formalmente descartada en 1990, y el ex secretario de Estado Colin Powell, en 2004, declaró: "Nosotros estamos seguros de que Brasil no está pensando en armas nucleares en ningún sentido." Pero las ambiciones nucleares del país pueden haberse atizado parcialmente bajo el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, dicen algunos analistas, porque al unirse al club nuclear Brasil podría vigorizar su status internacional e incluso ganar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. (AP)
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Con su planta en Resende los brasileños quieren entrar en la exclusiva elite nuclear.

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