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miércoles,
19 de
abril de
2006 |
La tercera edad en Rosario
Alternativas oficiales, académicas y del tercer sector para atender y contener a los ancianos
Clarisa Ercolano / La Capital
Geriátricos clausurados que se niegan a dejar de funcionar, adultos mayores que viven inmersos en el abandono y los malos tratos y alejados de la contención que pueda brindarles una familia. La problemática de la tercera edad parece ser una asignatura de difícil resolución y cuando una persona ingresa en la llamada tercera edad, parece perder su lugar en el mundo.
En Rosario, el Centro de Jubilados Todo por Amor realiza una tarea de gran impacto social en lo que respecta mejorar la calidad de vida del adulto mayor. Además de las actividades tradicionales que realiza cualquier Centro de Jubilados, Ana Moreira, su directora y Ernesto Pidal, su secretario, están abocados al proyecto Amor desde el Centro, una singular propuesta que tiene el objetivo de alentar la integración y la independencia de los adultos mayores en su propio hogar, su entorno y en la comunidad toda.
“Queremos que nuestros mayores se sientan queridos, respetados, atendidos y comprendidos”, señalan desde el centro y agregan que la idea es “atenderlos en los problemas de soledad y promover el respeto de sus derechos”.
Hace un mes, Catalina, primera beneficiaria del centro, cumplió 93 años y lo celebró junto con todos los ancianos que cumplieron los años en marzo. Catalina fue la primera en estrenar el mayor logro del centro, la vivienda compartida, una casa adaptada para tal fin. La vivienda compartida es una idea made in rosario y única en su tipo en la ciudad.
La casa busca brindarles un hogar y una familia a los ancianos que ingresan, “queremos que el afecto y la comprensión refuercen su autoestima y los alentamos a que desarrollen sus actividades”, explica Moreira.
Desde el centro de jubilados se coordinan las tareas de limpieza, lavado y cocina además de velar por el bienestar de su habitantes y se logra de esta manera que los ancianos convivan y se acompañen entre si favoreciendo el desarrollo de sus capacidades. Como la demanda es grande, los miembros del centro tienen que realizar una evaluación de cada postulante para conocer cuáles son las necesidades insatisfechas de cada abuelo y dónde se apuntan sus deficiencias para moverse, comunicarse y o alimentarse. “Necesitamos voluntarios que nos ayuden con la tarea, por que no es fácil”, piden desde el centro.
Moreira cree que si a un anciano se lo incentiva a participar de actividades grupales, se lo ayuda a mantener la capacidad de relacionarse y de no agregarle al proceso de envejecimiento natural, el desinterés y la sensación de falta de pertenencia.
Pero además, para aquellos ancianos que todavía pueden convivir con su familia, se ofrece el proyecto “Amor desde el centro”, que busca reforzar la atención que los adultos mayores reciben en su casas y facilitarles el acceso a los servicios que les corresponden. “Es una red de apoyo para que la familia también se sienta acompañada y el anciano no termine en un asilo, alejado de su pertenencias y de su entorno”.
Compañía, apoyo, valoración son palabras que encabezan el diccionario de Todo por Amor.
Propuestas oficiales Por su parte, la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario, por medio de la escuela Municipal de Gerontología, abrió la inscripción para un curso dedicado a resolver los problemas de atención a adultos mayores y que está dirigido a personas que llevan adelante el trabajo de cuidar ancianos. El dictado de los talleres, que se inician en mayo, tiene como objetivo abordar situaciones concretas que producen conflictos en los cuidadores, con el fin de abrir un espacio de intercambio de experiencias y conocimientos. Durante todo el mes, está abierta la inscripción en la escuela de gerontología ubicada en Buenos Aires 856, cuarto piso.
También en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario funciona un Centro de difusión de los derechos de la tercera edad. El Centro de Investigaciones en Derecho de la Ancianidad brega desde el marco jurídico por rescatar la dignidad del anciano en su familia y en su comunidad.
El área no paró de crecer desde su fundación, en el año 2000. Con el tiempo se convirtió en el Centro de Investigaciones en Derecho de la Ancianidad, exclusivo en el país con estas características. María Isolina Dabove es la encargada de dirigir el centro y coordinar también los trabajos multidisciplinarios donde intervienen psicólogos, terapeutas y expertos en trabajo social y salud.
El anciano como sujeto de derecho, la salud y la ancianidad, la nutrición, la incapacidad, el genero, las políticas sociales y la solución de conflictos son aristas que se abordan desde las distintas proyecciones en que está organizado el centro.
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Juegos y actividades, un buen remedio para aliviar la soledad.
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