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miércoles,
19 de
abril de
2006 |
Genera dudas la decisión de fluorar el agua potable
Podría traer perjuicios en los ancianos. En odontología defienden la medida
El Ministerio de Salud provincial y la empresa Aguas Santafesinas SA (Assa) decidieron agregar flúor en el agua que sale de las canillas rosarinas. Con esta política, en un plazo de siete años, dicen que se reducirá la incidencia de caries en un 50 por ciento.
Para Alfredo Rigalli, investigador adjunto del Conicet y titular del laboratorio de Biología Osea de la Facultad de Medicina de Rosario, la medida no resulta tan auspiciosa. "Es como poner aspirina en el agua y dársela indiscriminadamente a toda la población", ejemplificó.
En diálogo con La Capital, Rigalli explicó que durante muchos años, "se creyó y se cree todavía" que el flúor tiene una incidencia beneficiosa para la salud dental, sin embargo aclaró que la protección llega sólo hasta los diez años de edad. "Para qué hacérselo tomar a una persona de 30", se preguntó el profesional, que además indicó que los odontólogos apuntan a recetar comprimidos de flúor o barnices, "que actúan sólo en la zona en que es necesario".
Rigalli no duda en señalar que "a un adulto no le trae ningún beneficio tomar agua fluorada" y agregó que, investigaciones realizadas por la International Society for Fluoride Research, el flúor es capaz de modificar enzimas en las células que controlan el ciclo celular. "Eso significa que se pueden dividir más rápido que lo normal y por eso, algunos investigadores hablan de efectos cancerígenos".
El profesional remarcó además que, "en los ancianos el flúor se excreta por orina y, al tener estos la función renal disminuida, se les hace más difícil deshacerse de este elemento".
"La fluoración del agua merecería una discusión a nivel científico mucho más profunda, con gente que conozca el tema en profundidad", dijo Rigalli, y agregó que "en los países desarrollados se usa cada vez menos por no estar aún establecidos los efectos indeseables, como la diabetes temporaria".
A favor
En la vereda de enfrente se sitúa el doctor Eduardo Zimerman, profesor titular de la cátedra de Odontología Social de la Facultad de Odontología, que asegura que el flúor es beneficioso para el esmalte de los dientes y los vuelve resistentes a los ácidos que producen las caries. "En los niños, es un factor de prevención y hace que la incidencia de caries sea mínima, por eso estamos de acuerdo con la medida".
"Esto no significa agregarle nada raro al agua sino normalizar un nivel de flúor que el agua debería tener y que reporta beneficios para toda la población", agregó, y aclaró que el monitoreo siempre se realiza en niños porque son el grupo de mayor riesgo.
"Para que haga efecto debe darse en dosis pequeñas durante tiempos prolongados y el agua es un buen vehículo, que llega en igual medida a toda la población", finalizó.
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