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miércoles,
12 de
abril de
2006 |
Datos, claves
e incógnitas
del incidente
La policía sostiene que en la disputa en el peaje se efectuaron, como máximo, 30 disparos. Y refuta la versión del centenar de balazos. El planteo de la fuerza es que con las armas secuestradas, que son tres, no pudieron haberse disparado más tiros.
Esto último, sin embargo, es sostenible en parte. Dado que no es inconcebible que se hubieran utilizado más armas que no resultaron secuestradas.
Del lugar del suceso la sección Rastros levantó plomos diversos: hubo de calibre 38 y cartuchos de pistolón de calibre 14. También diez vainas o cápsulas 9 milímetros, compatibles con las armas que usa la policía.
De los testimonios recogidos por la policía surge que las dos hinchadas efectuaron disparos.
La Unidad Regional II asegura que los policías no hicieron un solo disparo. Y que por ello las armas reglamentarias de los empleados que estuvieron en el peaje no se secuestraron. Aunque había en el lugar balas de calibre compatible con las del uso policial.
En el Hospital San Felipe de San Nicolás ayer solamente quedaban los dos heridos más graves: Juan Carlos Estévez, de 43 años, y Antonio Viñales, de 48. Ambos tenían la misma lesión: perforación de intestinos.
Los demás internados se retiraron ayer por sus medios, sin recibir el alta, a la manera de un escape: entre ellos Miguel Marín, de 35, con fractura de tibia y peroné; Gerardo Darío Acuba, de 21, con fractura expuesta de peroné y Alberto Ivanof, de 40, con lesión en antebrazo izquierdo.
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