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miércoles,
12 de
abril de
2006 |
El maíz se suma a la polémica por los transgénicos
Esta vez la pelea es con Syngenta. La Asociación de Semilleros cuestionó una medida de Agricultura
La Asociación de Semilleros Argentinos reclamó ayer a la Secretaría de Agricultura que derogue una resolución que exceptúa a las empresas interesadas en producir un tipo de maíz transgénico, de cumplir una serie de normas exigidas para liberar eventos biotecnológicos. La medida disparó un segundo capítulo de la pelea que el gobierno sostiene con la multinacional Monsanto por la patente de la soja resistente a glifosato. De hecho, la polémica involucra a un maíz resistente a este herbicida. En este caso, el gen es de la empresa Syngenta.
En el año 2005, Agricultura aprobó dos maíces con resistencia a glifosato: el NK603 de Monsanto y el GA21, de Syngenta. Este último fue desarrollado originalmente por Monsanto pero llegó a manos de Syngenta a través de una serie de traspasos entre las empresas.
Com ocurrió con la soja RR, este evento no estaría patentado en el país. En febrero del año pasado, el gobierno abrió el juego a otras empresas interesadas en producirlo, con la intención de ampliar el espectro de jugadores dentro del mercado de semillas. Así, la resolución 71 exceptuó a por 90 días a estas firmas de cumplir el organigrama vigente para la aprobación de eventos biotecnológicos.
"El hecho es de extrema gravedad institucional, pues deja de aplicarse en forma arbitraria una normativa altamente calificada que rige el proceso de aprobación de cultivares transgénicos", sostuvo Raúl Palmieri, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA).
Según trascendió en la rueda de prensa, la resolución "parece redactada para beneficiar a otras firmas", que habrían obtenido el gen de manera "non sancta". Bajo cuerda, deslizan que la beneficiaria de esta medida de la Secretaría de Agricultura es Atanor.
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