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miércoles,
12 de
abril de
2006 |
La comunidad educativa abrazó la escuela con el fin de salvar el gimnasio
Desde la Pestalozzi
piden a la provincia que
ayude a frenar el remate
La deuda de unos 80 mil pesos fue contraída por
ex cooperadores que
hoy están procesados
El Ministerio de Educación de la provincia está estudiando distintas alternativas que puedan frenar el remate del gimnasio de la Escuela Pestalozzi, por una deuda que ronda los 80 mil pesos contraída en el 2001 por dos ex cooperadores, hoy procesados. Una de ellas es la que planteó el apoderado legal de la actual asociación cooperadora, Sergio Amigó. "Le pedimos al gobierno provincial que afronte la deuda porque nosotros no podemos pagarla, y ayude a levantar el embargo, tras lo cual la cooperadora donaría el inmueble a la provincia con cargo de uso exclusivo de la escuela", propuso ayer el abogado.
El profesional sumó a su oferta más argumentos. Dijo que el valor del terreno que ocupa el gimnasio es mucho mayor que la deuda (calculó unos 150 mil pesos) y concluyó que de cumplirse esta posibilidad "el patrimonio provincial aumentaría con un inmueble muy por debajo de su valor".
No obstante, el delegado local de la cartera educativa, Humberto Cancela, se mostró cauto. "Hemos tenido contacto con la gente de Jurídica del Banco Bisel, entidad que otorgó el crédito por un monto de dinero que nunca llegó a la escuela, pero aún no se ha llegado a un acuerdo, tenemos que analizar bien el marco legal, ya que esta deuda es privada", advirtió el funcionario.
Mientras se barajaba ayer este abanico de medidas, la comunidad educativa abrazó la escuela, ubicada en Mendoza 3969, un ícono de barrio Echesortu desde hace 85 años. Alumnos, docentes, padres y ex alumnos formaron una ronda que prácticamente copó toda la manzana. Los comerciantes salieron de sus negocios y aplaudieron, los imitaron decenas de vecinos y más de un automovilista dio su apoyo a bocinazos. Y como si todo eso fuera poco, no paró de sonar el teléfono de la escuela. "Llamaron ex alumnos y gente del barrio que se enteraba del tema por los medios. Hasta una ex alumna de la promoción 57 se comunicó para darnos aliento", se aseguró desde la secretaría del establecimiento.
Gonzalo López, padre de nenes de 1º y 4º de la mañana; Alejandra Giuggia, madre de Julia, una alumna también de la mañana, y Viviana Fernández, mamá de una nena de 5º de la tarde, eran parte del tren en defensa del gimnasio. A ellos se unió quien fue presidenta del Club de Madres del 72, Carmen Ausilli, porque sus hijos fueron alumnos de la escuela y su nieto va a clase actualmente allí.
Analía Guardia, maestra y ex alumna, le dijo a este diario en representación de todas sus compañeras docentes que defendía "un lugar que está a punto de perderse injustamente por el accionar de dos personas inescrupulosas".
Y junto a todos estos adultos, los alumnos. Son más de 800 los que asisten a la Pestalozzi, y ayer la mayoría estuvo presente abrazando al edificio y cantando con ritmo futbolero "el gimnasio no se va".
Los problemas en esta escuela comenzaron en marzo, cuando se recibió una cédula judicial donde se notificaba la designación de un martillero para una futura subasta del gimnasio, un inmueble que ya tiene más de 40 años en la escuela y está a nombre de la cooperadora.
La posibilidad del remate se abrió cuando el Banco Bisel reclamó el pago de la deuda que contrajeron el ex presidente cooperador, Juan José Carpegna, y el tesorero Oscar Osvaldo Enjunto. "Ambos se presentaron en la entidad bancaria en el 2001 y sacaron dos créditos, uno por 6 mil dólares y otro por 10 mil, y respondieron con el patrimonio de la asociación: el predio ocupado por el gimnasio", aseguró el actual presidente cooperador, Raúl Buralli.
Quienes sacaron el crédito fueron procesados por el juez de Instrucción Nº10, Alfredo Ivaldi Artacho, y hoy se tramita la causa en Sentencia Nº4.
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Fotos
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"El gimnasio no se va", cantaban los alumnos.
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