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sábado,
01 de
abril de
2006 |
Un jefe de Estado en aguas turbulentas
Bajo el amparo formal de querer ceñirse a un "estricto respeto a la seguridad jurídica", pero mientras se esfuerza en hacer equilibrio para que su frente interno no se torne insoportable, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, navega por estos días en aguas turbulentas mientras procura sellar un acuerdo con la Argentina por el mentado conflicto papelero. La gestión Tabaré (así la llaman sus propios funcionarios) está virtualmente atada a la voluntad y los movimientos de la compañía finlandesa Botnia, constructora de una de las megaplantas procesadoras de celulosa en Fray Bentos, a partir de un singular acuerdo de protección de inversiones. Por eso, cuando se dilatan algunas decisiones o se escuchan altisonantes declaraciones de funcionarios uruguayos, las miradas de los finos conocedores de la interna papelera se dirigen más hacia Botnia que hacia Tabaré mismo.
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