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miércoles,
29 de
marzo de
2006 |
Opinión: Cuando parece, pero no es
En la prestigiosa revista médica The Lancet, se publicó en 1995 como "nueva patología" el "síndrome de los recuerdos falsos", abordando el difícil problema de los que "recuerdan" haber sido víctimas de abusos sexuales en la infancia, sin que nunca lo hubieran padecido. El artículo referido, planteaba la capacidad de la memoria para distorsionar hechos, sobretodo con el paso del tiempo y la inducción de recuerdos falsos por ciertos interrogatorios psicológicos, médicos y legales.
Algunos investigadores denominaron y categorizaron este proceso como "recuerdos implantados". Lo mismo ocurre, cuando los medios de comunicación, insisten con el tema, ilustrando la alta frecuencia de abusos sexuales, ejecutados por familiares directos: padres, hermanos, abuelos o tíos... Habría que preguntarse si no es abuso, intentar prevenir instalando la desconfianza en un niño, que tanto necesita creer y "con-fiar", en sus seres queridos.
Ahora, en el caso de constatarse el abuso, es necesario provocar el relato, para ser tratado y resignificado. La "anamnesis" o interrogatorio, dirigido a un niño, requiere, técnicas especiales y muchísima experiencia, para no agravar el cuadro o instalar, justamente lo que se quiere evitar. También hay que tener en cuenta el contexto en que se lleva a cabo, (no debiera ser en los medios) y los gestos de quien obtiene los datos.
Los recuerdos falsos o los basados en experiencias verdaderas, se procesan en forma semejante, pero activan, según estudios realizados con técnicas actuales, zonas diferentes del cerebro.
Todavía me inclino, por prevenir enseñando a los seres humanos a nutrir los vínculos proximales y distales, con el afecto, el amor, la confianza, la esperanza y el mutuo conocimiento, en lugar de advertir sobre el horror que quizás nunca deba transitar, ni necesite inventar...
Mirta Guelman de Javkin
www.mirtaguelman.com.ar
Médica pediatra
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