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 domingo, 19 de marzo de 2006  
"Los gobernantes ignoran el periodismo independiente"
Jorge Fontevecchia a fondo. Qué dice, tras saberse que Kirchner no lo quiere

Daniel Leñini / La Capital

"Da envidia". Jorge Fontevecchia acaba de regresar de Chile y destaca el avance político y social comparado con la Argentina. El editor creador de Noticias, Caras, Perfil, Claro, Weekend y otras 20 publicaciones expresa una ponderación casi sublime hacia el ex presidente trasandino Ricardo Lagos, que difícil la incube por el mejor argentino del último siglo.

"Lagos asumió casi al mismo tiempo que De la Rúa y cruzó, en el tiempo, otros dos presidentes argentinos (Duhalde y Kirchner). Supo sobrellevar la crisis que afectó a América latina y condujo el crecimiento sin el enorme costo que se pagó aquí", señala Fontevecchia. Y continúa: "Lagos gobernó seis años pero podría haberse quedado, como Menem, cuatro más. Cuando reformó la Constitución renunció a incluir la reelección. Y dejó la presidencia con el inusual índice de 70 por ciento de aprobación".

Con 30 años de carrera como editor, Fontevecchia, fundador de La Semana en tiempos del proceso militar, encarcelado y puesto a disposición del Poder Ejecutivo, supo despertar enconos en varios gobiernos, según trascendió una y otra vez. "Los gobernantes argentinos no entienden lo que es el periodismo independiente", insiste.

Fontevecchia vino a Rosario a presentar su libro "Entretiempo", justo una semana después de volver a ser noticia. Según narró el analista Joaquín Morales Solá, en un encuentro con el presidente Néstor Kirchner, éste le confesó que tenía "una cuestión personal" sólo con un periodista que, según interpretaba, "lo calumniaba". Que con el resto de la prensa, "incluso los más críticos", Kirchner "se divertía", contó Morales Solá.

Se supo que ese periodista era, es, Fontevecchia.

-¿Le afectó mucho enterarse de ello?

-No. Habiendo soportado gobiernos como el militar, que nos clausuraba las publicaciones... Yo fui secuestrado en 1979, estuve en el Olimpo, y al finalizar la guerra de Malvinas fui puesto a disposición del PEN. En la época de Menem padecimos el asesinato de José Luis Cabezas, sufrimos dos bombas en la planta de impresión y sobrellevamos más de 10 juicios por calumnias e injurias. Después de todas esas experiencias uno tiene un acostumbramiento.

-La pregunta es, también, si como editor jefe de 500 empleados piensa: mañana me mandan a la Afip y no se va más.

-Todos los gobiernos han tratado por una u otra vía de controlar a la prensa.

-¿La más eficaz es el manejo de la pauta, la publicidad oficial?

-El gobierno aprovecha el contexto económico para disciplinar. El país está saliendo de una de las crisis más profundas y los medios están muy pobres. Puede aplicar esta receta que hace 20 años hubiese tenido un efecto mucho menor, hubiera parecido un chiste. Es decir, con un país más rico, la amenaza de que el Estado haga o no publicidad no alcanza para ser tan eficaz como ahora en que muchas empresas no pueden resistir el embate económico.

-¿Lo ve a Kirchner caminando hacia la reelección?

-Creo que sí. Que la discusión será si es él o su esposa. Pero yo creo que sí.

-Como ex detenido político y frente a lo que se habla de los años setenta, ¿ve bien los museos, conmemoraciones y actos reivindicatorios o es de los que prefieren dar vuelta la página?

-Soy de los que consideran equivocado tratar de dar vuelta la página. Que es sano recordar lo que pasó en los 70, y que es una de las políticas acertadas de este gobierno. Me parece que Menem trató de minimizar lo ocurrido en la dictadura y fue un error. El acierto de este gobierno es marcar que los indultos fueron un error. Elogio, de nuevo, a Lagos, porque logró que Chile tratara públicamente las violaciones de Pinochet; porque fue valiente en enfrentar el tema y no negar el pasado reciente. Hasta hace cuatro años en Chile el golpe militar era tabú, lo llamaban "pronunciamiento".

-Es verdad también que la última fachada de Pinochet cayó al comprobarse que además era un viejo ladrón.

-Sí. Hasta sus partidarios, al ver que había sido un corrupto, se terminaron de desengañar.

-¿Como acabó viendo el juicio y la caída de Ibarra?

-Destituir a un jefe del Ejecutivo por una situación como la de Cromañón no tiene antecedentes en otra parte del mundo. Es más un enojo social que una lógica política. No me cae simpático Ibarra, para nada, pero me parece un tanto exagerado destituir a un jefe de Gobierno por un hecho como el de Cromañón. Lo entiendo como un gesto social de descompresión.

-¿Qué le parece Macri?

-Carece de estatura intelectual, ejecutiva y espiritual para ser presidente del país. No lo veo con las cualidades necesarias para esa función; sin el apetito, sin el hambre existencial que requiere una lucha de esa envergadura.
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