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 domingo, 19 de marzo de 2006  
Campeonato Argentino
Rugby: Rosario salvó la ropa con Mar del Plata
No jugará las semifinales, pero tampoco el descenso

El seleccionado de la Unión de Rugby de Rosario terminó su participación en el Campeonato Argentino. Y lo hizo sin pena y sin gloria. No ingresó a las semifinales del torneo pero tampoco disputará los partidos (ida y vuelta) por el temible descenso. Salvó la ropa.

Para que esto ocurra ayer se dieron dos resultados: en un partido de escaso nivel técnico Rosario superó a Mar del Plata por 30 a 10 (4-0) y en Mendoza Cuyo venció a Córdoba 13-8 (4-1).

El triunfo ante los marplatenses resultó importante sólo por su esencia y no porque Rosario haya hecho algo distinto de lo que venía mostrando. Tuvo muchos errores propios de un equipo inmaduro, le faltó claridad y también definición.

No obstante hay que tener en cuenta que este proceso tuvo el mismo handicap de los dos últimos años (tuvo en su haber un empate, una derrota y una victoria) pero en sus filas contó con nueve debutantes, un dato que no es menor.

Desde el arranque del partido Rosario salió con la idea de conseguir una victoria que le de tranquilidad a su futuro inmediato. Cómodamente se instaló en terreno marplatense y se hizo de la pelota, pero errores en la toma de decisiones en los momentos clave y una buena defensa fueron diluyendo el peligro a medida que se acercaban al ingoal.

Rosario insinuaba más ante un equipo que sólo vino a defenderse pero no encontraba los caminos para quebrar a su rival. Generó pocas situaciones concretas de peligro. Fue el pie de Mangiamelli (la figura del partido) quien estableció las diferencias y así el conjunto del Ñandú se fue alejando en el marcador hasta irse al descanso con un 12-3 favorable.

El entretiempo debió servir para refrescar conceptos pero el trámite del partido siguió siendo el mismo, sólo que al menos pudieron verse los tries de Fernando Albarracín y Román Miralles, a la vieja usanza de la escuela rosarina.

Ambos equipos mostraron pocas variantes y mucha previsibilidad en cada ataque. En medio de un juego desordenado y con poca claridad las defensas lograban imponerse a los ataques y la emoción resultó tan esquiva como aburrido el partido.

En ese contexto Rosario hizo su negocio, ganó y evitó el temido descenso. Y era lo que ayer importaba. Ahora comienza otra historia, la de ver cómo se empieza a reconstruir un estilo que se floreó por todas las canchas de la Argentina imponiendo su sello característico y arrancando más de un aplauso.
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