Opinión: ¿De canalla de alma a canalla?

Luis Alberto Yorlano / especial para Ovación

Si en el fútbol no perder ilusiona, es bueno saber que los empates en este sistema de puntuación (de tres para el que gana), no es para salir a tocar bocinas, ni para decir "ahora no nos para nadie". Lo que ocurrió con Central en el último partido de la Copa frente a la máxima pobreza vista en los últimos años de un equipo brasileño, tiene marcadas intenciones de deteriorar la imagen de un hombre, que con actitudes transparentes, ya no ayudaba, sino molestaba a las más altas autoridades del club.

Todo empezó con el empate frente al peor equipo de la historia de Racing, que vino a Rosario y se llevó el segundo punto de la campaña de nueve partidos y con solo cuatro goles a favor y 19 en contra. Ese día, extrañamente nadie abrió la boca en los sectores donde existieron incidentes en aquella tarde frente a Argentinos, según informaciones se habrían distribuido hinchas subvencionados para poner orden, en caso de que algún hincha indisciplinado quisiera insultar a la comisión directiva. Claro, tampoco era momento para exigir al nuevo cuerpo técnico, que sólo llevaba días.

Comenzaba una etapa donde la meta era dejar mal parado a Angel Zof, el más respetado en el club y sin dudas la única figura que aún, más allá de los resultados, se mantenía incólume en la tambaleante gestión del señor Pablo Scarabino. Si nos retrotraemos en los dichos vertidos por los protagonistas, después del paso al costado dado por Zof, observaremos que hubo comentarios que iban por más, y no en una simple etapa de cambios en la conducción técnica. Sino de sacar del medio a Zof, y que se comenzara a enviar algunos elogios a la alicaída gestión presidencial.

Bajo el techo de la sede auriazul de calle Mitre comenzaron a fogonear todos los rumores que fueron ganando la calle, e indirectamente apuntaban al director deportivo. En las calles y en la parcialidad canalla se afirmaban conceptos erróneos sobre los principios que deben consolidarse con los trabajos de un plantel profesional. La falta de una buena alimentación, los errores que se cometían en el departamento médico y la falta de trabajos adecuados en la preparación física. Si la memoria no me traiciona todos estos planteles de trabajo los formó Zof. Este hombre que con aciertos y equivocaciones nunca le sacó el pecho a las más graves situaciones que vivió el club en los últimos años.

Zof era el canalla de alma. El salvador. Era Dios. ¿Y ahora es un canalla? Si por ganar algunos puntos a favor hay que matar a don Angel me parece que no es el modo de actuar de las personas de bien. Me daba mucha pena escuchar "ahora vamos por los dos torneos", "estamos encontrando el camino". Escuchar de un tibio jugador "este cuerpo técnico tiene chapa" refiriéndose a Leonardo Astrada. Más que pena daba asco.

Central está más allá de los hombres, pero jamás podrán sacar de su historia a Angel Zof. Pero estoy seguro que los hinchas, por pasión y sentimiento, jamás aceptarán que dirigente alguno, para ganar algunos puntos, vaya por la cabeza de don Angel. Porque si dos magros resultados alientan tantas ilusiones, me quedo con el concepto de Gustavo Conti, en el Ovacion del viernes, cuando escribe "no es para tirar manteca al techo, ni para creer que a fin de año jugará en Japón". l