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sábado,
18 de
marzo de
2006 |
Una multitud despidió los restos de Milosevic en Belgrado
Belgrado.- Decenas de miles de personas se reunieron hoy frente al Parlamento en Belgrado para dar su último adiós al ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, muerto hace una semana en Holanda, en su celda del tribunal internacional de la ONU que lo juzgaba por crímenes de guerra.
Según la policía, unas 80.000 personas llenaron la plaza frente al ex Parlamento yugoslavo para contemplar la capilla ardiente de Milosevic, flanqueada por una guardia de honor de militares retirados ataviados en su uniforme de gala y por militantes de su formación, el Partido Socialista Serbio (PSS).
Con grandes fotografías del fallecido líder serbio, y al grito de “¡Slobo! ¡Slobo!”, la concurrencia miraba hacia el gran estrado cubierto de una alfombra verde que se armó al aire libre para depositar sobre él el féretro con los restos de Milosevic, que estaba cubierto con la bandera serbia.
Los seguidores de Milosevic expresaron su enfado para con las autoridades serbias por rechazar celebrar funerales de Estado para el ex presidente, al tiempo que lanzaron críticas a Occidente.
“Estamos diciendo adiós al mejor de todos nosotros, completamente conscientes de su grandeza. Hagámoslo de una manera digna: gritemos su nombre a una sola voz”, dijo a la multitud el vicepresidente del PSS, Milorad Vucelic.
Milosevic fue hallado muerto el 11 de marzo pasado en su celda de la prisión de Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya, que desde 2002 lo juzgaba por crímenes de guerra y genocidio por ser artífice de las guerras de desintegración de la ex Yugoslavia de la década de 1990, que dejaron 250.000 muertos.
Desde Belgrado, el cuerpo de Milosevic será trasladado esta tarde a su ciudad natal de Pozarevac, unos 60 kilómetros al sudeste de Belgrado. El ex líder, fallecido a los 64 años, será enterrado allí, en el jardín de la casa de su familia.
El entierro tendrá lugar en ausencia de los familiares más cercanos a Milosevic. Su viuda, Mirjana Markovic, y su hijo Marko se quedaron en Moscú, donde viven exiliados, como medida de seguridad, porque están requeridos por la Justicia serbia.
La hija del ex presidente de Yugoslavia, Marija, que vive en Montenegro, dijo que tampoco acudirá al sepelio en protesta por el carácter privado del entierro. (Télam)
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