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sábado,
18 de
marzo de
2006 |
Proyecto > Casa Olmos
Gestos mínimos
El arquitecto Marcelo Ottaviano ideó una vivienda de formas simples con una crtieriosa economía de elementos y recursos
Situada en Pérez, ciudad destacada por su arquitectura ferroviaria, esta vivienda se encuentra a metros de la Ruta Nacional 33. Dentro de un tejido que se consolida a través de edificaciones bajas de una o dos plantas, la casa se proyecta en un espacio reducido entre medianeras de 10 metros de frente, orientados al oeste, y 11,50 metros de profundidad.
Partiendo de la idea de lograr una imagen de unidad entre la edificación existente y la futura casa, el arquitecto Marcelo Ottaviano, un joven profesional rosarino que hace 3 años reside en Madrid, definió una propuesta que plantea espacios integrados, donde los límites se desmaterializan logrando el máximo aprovechamiento visual y funcional del terreno.
Teniendo como premisa la búsqueda de una vivienda mínima, de formas simples, con el menor número de recursos posibles y poniendo especial énfasis en las cualidades de cada material, mostrándolos crudos y despojados, el autor planteó una pieza unitaria definida por espacios integrados, flexibles en sus usos, donde prevalece la continuidad entre interior y exterior.
La nueva edificación resuelta en dos plantas y con una superficie total de 100 m2 se recuesta sobre la medianera sur, generando un amplio patio de ingreso que, erigiéndose en estar a cielo abierto, potencia su espacialidad.
Esta situación genera una doble fachada. Las fachadas plegadas en continuidad definen llenos y vacíos que resuelven la relación interior/exterior y público/privado. La de frente combina la carpintería metálica del portón reja y la madera de la puerta de ingreso con la mampostería blanca.
La vista lateral con su apertura al exterior aprovecha la luz natural y el sol que brinda la orientación norte y está definida por una carpintería de aluminio que se mimetiza con la estructura conformada por perfiles IPN. Las celosías de oscurecimiento son de madera.
Tanto en planta baja como en planta alta la casa se organiza a través de un corredor que comunica los distintos ámbitos y actividades (estar, comedor, cocina, lavadero, parrilla, patio, tendedero, dormitorios y baños). Las divisiones de los espacios se efectúan mediante mobiliarios, tabiques o puertas, ofreciendo posibilidades de transformación que permitan adaptar la vivienda a los cambios impuestos por la dinámica y movilidad del grupo familiar.
El estar-comedor y la cocina comparten un único espacio que se prolonga e integra a la naturaleza del patio.
Apareados a la cocina, el lavadero y el asador se agrupan en la zona posterior y forman parte de un patio mínimo que también sirve para tender ropa.
En planta alta un gran espacio se subdivide en dos dormitorios y el baño se apoya sobre el sector de servicios de planta baja. En los dormitorios debajo de las ventanas la prolongación de la losa y el desplazamiento de la pared genera un espacio apto para ser utilizado como escritorio de estudio o biblioteca.
Esta proyección que genera un volumen saliente en la fachada lateral protege las aberturas de planta baja.
Utilizando materiales tradicionales de la zona (mampostería pintada de blanco para garantizar mayor luminosidad y amplitud, aleros de hormigón, carpintería de aluminio, vidrio transparente, perfiles normales y durmientes de madera), se concibe una vivienda suburbana que se integra a su entorno de manera equilibrada y austera.
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