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sábado,
18 de
marzo de
2006 |
Una evocación muy especial
"Llegué a Rosario en un día especial, porque hoy se cumplen 14 años del atentando a la embajada de Israel y ese día volví a nacer", evocó Mollaghan. En aquel entonces presidía una parroquia ubicada al frente del edificio siniestrado. "En el momento de la explosión estaba recibiendo a un diácono en el ingreso, sufrí heridas cortantes y me internaron en el Hospital Fernández", describió. Y dijo que ninguno de los niños del colegio parroquial sufrió heridas, aunque si hubo víctimas entre los ancianos del hogar que también tenía la parroquia. Para el ahora arzobispo de Rosario, el hecho de vivir en esta ciudad un aniversario tan fuerte, es una nueva ocasión para pedir para que en el mundo se termine el dolor del extremismo. "Tenemos que pedir mucho por la unidad que permita hacer más visible el hecho de que somos hermanos", insistió y llamó a asumir el desafío de reconstruir en forma constante dicha unidad, desde el conjunto de las riquezas y valores de "nuestras culturas y familias".
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