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 sábado, 18 de marzo de 2006  
El programa "El diario en el aula" de La Capital reunió una serie de ideas y reflexiones que invitan a la lectura de las noticias
La enseñanza de Ana

Marcela Isaías

El año pasado, en una clase abierta del proyecto “Esta calle es nuestra” y donde se proponía reflexionar sobre los nombres de las calles de Rosario, Ana Ramón sorprendió al responsable del programa municipal con este interrogante: “¿Cómo puede ser que en una ciudad de Holanda haya una calle que se llama Madres de Plaza de Mayo y aquí no?”.

  La pregunta de la nena de 11 años fue apenas el inicio de una idea que rápidamente ganaría un espacio en los medios, pero sobre todo de muchas posibles iniciativas para que la escuela tome nota. Es que resulta un ejemplo paradigmático de cómo la información (reunida en este caso por la niña) cobra sentido cuando logra transformarse en una propuesta concreta.

   Ana había estado investigando en Internet para una tarea de formación ética y ciudadana sobre la biografía de mujeres destacadas. Fue entonces cuando descubrió que en Holanda una calle lleva el nombre de las Madres de Plaza de Mayo. La alumna de la Escuela Gurruchaga no dudó en pedir más datos sobre un tema que le parecía conocido pero sobre el cual quería profundizar. Enseguida buscó más información, en especial recibió ayuda —dice— de Beatriz Jouve, una maestra de la Escuela 617 amiga de su mamá docente.

  Ana, que cursaba en ese momento el 6º año de la EGB, recordó que le “habían contado que durante la dictadura ellas no podían hablar libremente sobre lo que les sucedía y que por eso ocupaban la Plaza 25 de Mayo para compartir su dolor y pedir justicia”. También, destacó la nena en ese momento, que fueron “las mujeres las primeras en salir a quejarse por las injusticias cometidas en la última dictadura. Y tuvieron que pasar por el dolor más grande, el de la pérdida de sus hijos”.

  El argumento y preocupación de la pequeña alumna llegó enseguida a oídos de los concejales rosarinos. Fueron más que suficiente para que en poco tiempo el homenaje demorado para estas Madres se concretara en la aprobación de que su nombre sea para una de las futuras calles del Centro de Renovación Urbana Scalabrini Ortiz, ex Puerto Norte.

  Ahora, ya en 7º año de la EGB, Ana recuerda con alegría lo que vivió el año pasado. “Fue un mes donde me llamaban de todos lados”, dice la nena. Pero cuando se le pregunta qué fue lo que más valoró de esa experiencia, no duda en decir que se haya concretado este homenaje a las Madres y que “se escuche la opinión de los chicos”.

El valor de la información
Desde hace 15 años, el programa “El diario en el aula” que desarrolla La Capital no tiene sino otra meta que la misma que persiguió por su parte Ana: la lectura creativa de la información.

  Las preguntas de muchos docentes sobre cómo encarar un proyecto pedagógico con el diario reflejan en este sentido la preocupación de cómo alcanzar esa meta enunciada. La enseñanza de Ana es un buen ejemplo.

  Paulo Freire decía que “la neutralidad frente al mundo, frente a lo histórico, frente a los valores, refleja simplemente el miedo que tiene uno de revelar su compromiso. Este miedo, casi siempre, resulta del hecho de que quienes se dicen neutros están comprometidos contra los hombres, contra su humanización”. La lectura reflexiva del diario, de los medios, no implica sino asumir cuestionamientos cotidianos frente a la información que nos proponen.


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Ana Ramón junto a las Madres en el Concejo.

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