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 domingo, 12 de marzo de 2006  
El rey del monte pampeano
Comienza la brama y el período de avistaje de ciervos colorados en la Reserva Natural Pedro Luro

Un harem de ciervos hembras abandonan cada año las profundidades del monte de calden en su período de apareamiento. El movimiento ocurre en la Reserva Natural Parque Luro, de La Pampa, que en los meses de marzo y abril recibe a los visitantes para hacer un avistaje único.

El avistaje de ciervos se desarrolla en salidas personalizadas de 20 personas acompañadas por guías profesionales que dirigen los grupos hacia los avistaderos ubicados de modo estratégico.

La caminata para ver los ciervos se inicia cuando el sol comienza a teñir de rojo el horizonte. El bosque de calden aún es una amalgama de trinos y sonidos.

Los bramidos cortan el aire de la tarde y producen una sensación extraña en los visitantes; surgen de todas las direcciones, algunos roncos y profundos, otros más aflautados.

El guía, con una precisión y una didáctica perfectas, explica cada detalle de la vida del ciervo colorado.

Mientras el sendero serpentea por entre los caldenes se observan las marcas imperativas del macho bravío: renuevos con sus troncos heridos indican que el ciervo señala la propiedad de ese territorio. Hacia el interior del monte se escucha el crujido de las cornamentas al chocar, que producen un ruido seco y vibrante: es la lucha por la posesión del harem.

Una elevación muestra el esqueleto silencioso del "avistadero". A simple vista parece frágil y poco protector, pero es suficiente ya que el ciervo no tiene una visión muy desarrollada aunque es perceptivo a los ruidos y los movimientos bruscos. La recomendación es andar despacio y hablar en voz baja.

En la posición apropiada se pueden ver a los grupos, cada macho con su harem, ocupando el descampado. Se movilizan en círculos y emiten potentes bramidos, levantando la cabeza y agitando las cornamentas en señal de desafío.

En los cuatro o cinco grupos se destaca un macho de gran porte, cuya voz se eleva por encima de los demás (macho dominante). Su poderío es indiscutido. A su alrededor las hembras pastan con tranquilidad, algunas descansan y otras caminan lentamente; parece que una sensación de seguridad envuelve al grupo. En un momento el ciervo gira su enorme cabeza y mira con atención hacia el avistadero. Algo lo alertó.

A través de binoculares que provee la excursión se tiene la sensación de poder alcanzarlos con la mano. Se observa su pelaje, sus ojos redondos y profundos, su boca abierta, su respiración agitada y las actitudes que revelan su poderío y su magnificencia. Es el rey del monte pampeano.

A la noche, el paisaje se cierra y el avistaje se torna dificultoso, único motivo que justifica el regreso. Los caldenes toman ahí el protagonismo y vuelven el retorno inolvidable y misterioso. Extienden sus brazos desgarbados por encima de las cabezas, algunos pájaros emprenden un aleteo corto y nervioso hacia ramas más elevadas; grillos y chicharras suman su sonido al bramido del ciervo colorado, que acompaña el camino. El altivo y poderoso "rey del monte pampeano".

La Reserva Natural Parque Luro está ubicada a 35 kilómetros de la ciudad de Santa Rosa, y es la mayor reserva natural de caldenes en el mundo, con médanos, laguna y la flora y fauna típica del monte pampeano. Esta riqueza natural se complementa con un importante legado cultural integrado por su monumento histórico nacional "El Castillo", con un centro de interpretación, sala de carruajes y todo el esplendor de su origen como el coto más grande del mundo desarrollado por don Pedro Luro.

La reserva ofrece servicio de camping, cabañas, pileta y gastronomía que acompañan la estadía sin salir del marco natural.

Las salidas están programadas al amanecer, alrededor de las 7 y otra al atardecer, sobre las 19 y varían de acuerdo al ciclo solar. Está la posibilidad de realizar otras tres caminatas diferentes.
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