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domingo,
12 de
marzo de
2006 |
Cataratas Victoria: La maravilla africana
Las llamaron "El humo que truena". Se encuentran entre Zambia y Zimbawe
Hace 150 años David Livingstone descubrió las "Mosi-oa-tunya" en Africa, lo que en la lengua del pueblo nativo Mukuni significa: "el humo que truena". Sin embargo, la mayor cortina de agua del mundo se conoce como Cataratas Victoria, nombre que le dio el misionero y explorador escocés en honor a la reina de Inglaterra.
Los descendientes de los indios Mukuni y de los Livingstone recuerdan con una serie de eventos el descubrimiento de las cataratas en 1855. El nombre del descubridor (1813-1873) tiene una fuerte presencia: en Livingstone, una pequeña ciudad junto al rió Zambeze, en la isla de Livingstone y en el Museo de Livingstone.
El experto en Africa no imaginaba que las Cataratas Victoria se iban a convertir en una de las siete maravillas del mundo.
El Zambeze es el cuarto río de Africa entre Zambia y Zimbabwe. Recorre 2.660 kilómetros y su cuenca se extiende sobre una superficie de 1.330.000 kilómetros cuadrados.
Antes de la crisis en Zimbawe, turistas de todo el mundo se hospedaban en la parte zimbabua del río. Pero hoy en día, la ciudad zambia de Livingstone es la que mayor provecho saca del turismo.
El puente que une Zambia con Zimbawe ofrece el "bungee jumping" más alto del mundo: ciento once metros de caída libre sobre el río.
Zambia comenzó este año con la comercialización de su potencial turístico y para ello, las Cataratas Victoria son un as en la manga. También está previsto el desarrollo del turismo étnico, del cual participa el pueblo de los Mukuni.
El cacique de los Mukuni colocó una placa en la isla de Livingstone, en una ceremonia en la que también participaron el nieto del descubridor, David Wilson, de 79 años, y los bisnietos David Hubert y Deirdre Livingstone, procedentes de Inglaterra.
No se pudieron hallar sin embargo descendientes de los compañeros africanos que acompañaron a Livingstone en su aventura.
El médico Livingstone fue el primero que atravesó Africa de oeste a este entre 1853 y 1856. Es considerado uno de los máximos héroes de la era victoriana.
Y aún hoy se cuenta la siguiente anécdota. Cuando en una oportunidad se lo creyó desaparecido, el periódico "New York Herald" encomendó la búsqueda del explorador a uno de sus periodistas. Cuando Henry Morton Stanley vio por primera vez a un europeo tras varias semanas de travesía pronunció las célebres palabras: ¿Doctor Livingstone, supongo?
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