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domingo,
12 de
marzo de
2006 |
Masaje Shiatsu: Estimular la autocuración
El Ministerio de Salud de Japón dice que el shiatsu es una forma de manipulación aplicada con los pulgares, los dedos y las palmas de las manos, sin ayuda de instrumento alguno, mecánico u otro, para ejercer una presión sobre la piel con vistas a corregir trastornos internos, promover y conservar la salud y tratar determinadas enfermedades. Es decir que se trata de un masaje que estimula el buen funcionamiento del cuerpo. Una buena terapia manual para prevenir enfermedades.
No es invasiva ni dolorosa. No se utilizan artefactos eléctricos ni de ninguna otra índole. Su objetivo es mejorar la salud a partir de la estimulación de la capacidad de autocurarse que naturalmente posee el organismo, a través del contacto, que es la forma primaria de comunicación que tenemos todos los seres humanos desde el nacimiento.
La técnica consiste en hacer presiones sobre el cuerpo, en las que se utilizan tanto las manos, como los pulgares, codos, antebrazos, y según el caso, rodillas y pies. También se efectúan una serie de suaves manipulaciones como estiramientos, rotaciones de articulaciones, fricciones, levantamientos, hamacados, rodamientos y otras técnicas que en su conjunto apuntan tanto a un trabajo físico como a una movilización profunda a nivel energético.
¿Cómo se desarrolla una sesión básica de masaje shiatsu? Generalmente, en un ambiente cálido y tranquilo, sobre una superficie plana, en una colchoneta, que se puede llamar según su forma específica futón o tatami. Ambas personas (terapeuta y paciente) llevarán puestas ropas cómodas. Al comenzar el terapeuta realiza un breve interrogatorio, el que sumado a la observación y experiencia directa de la persona, (aquello que indica como su problema de ese momento) y las repuestas físicas que va recibiendo del cuerpo, orientan el diagnóstico para orientar el trabajo.
La persona se sienta de espaldas al terapeuta y éste la examina con sus palmas para obtener información sobre su estado general. Pasados algunos minutos, la persona se coloca en una posición de costado (siempre sobre la colchoneta) para después colocarse boca abajo y por último boca arriba.
Por lo general después de la sesión se realiza un breve intercambio de impresiones donde la persona expresa las sensaciones despertadas por el trabajo del terapeuta y éste describe sus observaciones. De esta manera la persona que recibe el masaje aprende a percibir lo que el terapeuta señala en su cuerpo.
El terapeuta deberá estar capacitado para poder captar las variaciones energéticas en el cuerpo del otro. Cosa que se logra con un entrenamiento que le permite colocarse en diferentes posturas, para las que necesita de cierta flexibilidad. Estas posturas son las que le permitirán al terapeuta estar relajado, trasladarse alrededor de la colchoneta y permanecer cómodamente mientras ejerce presiones sobre diferentes puntos del cuerpo, a la vez que mantiene una profunda concentración.
La idea es ayudar al paciente a reestablecer el buen funcionamiento de la energía que normalmente circula en el cuerpo ( lo que los japoneses llaman Ki, los chinos Chi y los hindúes Prana).
El terapeuta trabaja con personas que tratan de restablecer su propio equilibrio energético, no necesariamente con personas enfermas, es decir, quien recibe este masaje necesita entender a la salud y a la enfermedad como un proceso que se expresa y que se está llevando a cabo en su propio organismo, y del cual, si quiere sanar, deberá atender y ocuparse por sí mismo. No como algo que otra persona debe curar o proveer.
Es bueno recordar que si la persona está enferma, como primera medida tendrá que recurrir a la consulta de su medico quien es el que hará el diagnostico apropiado. Diagnóstico que el shiatsu-terapeuta tendrá en cuenta para trabajar. Por esto el masaje shiatsu (y muchas otras terapias) son una alternativa (no suponen una opción entre hacerse un masaje o ir al médico) sino como un complemento (voy al médico y me hago masaje shiatzu para tener una recuperación más pronta).
Según esta filosofía no hablamos de curación de un síntoma o de una enfermedad, sino de la estimulación de los mecanismos de autocuración. Es también una excelente opción para mantener la salud.
No existe ninguna limitación de edad ya que puede dar muy buenos resultados en jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Pueden utilizarlo también aquellos que estén atravesando un momento significativo o importante en sus vidas, o que deseen encontrar una respuesta a sus tensiones cotidianas.
También puede ser tomado como una gimnasia pasiva ya que el terapeuta trabajará realizando suaves movimientos y estiramientos en todas las articulaciones para fortalecer la circulación de los canales que llevan energía.
Sería bueno asumir que somos personas sensibles con un cuerpo susceptible al tiempo y a los cambios y aprovechar las señales que da nuestro organismo. Al incrementar la conciencia acerca de lo que está pasando en el plano físico, resulta también más sencillo ver qué nos hace bien y qué nos perjudica en otros planos de la vida, y podemos comprender y tomar decisiones que son beneficiosas para nuestra salud, ya que los desequilibrios que se producen en nosotros generalmente son provocados por las situaciones a las que nos sometemos a diario como por ejemplo: el exceso de trabajo, la falta de descanso, la mala alimentación o la desconexión con nuestro entorno.
En vez de pensarnos como criaturas vivas insertas en un medio que también está vivo y por lo tanto en constante cambio nos creemos fuera de él y de esta manera, en vez de prestar atención a las señales que el organismo nos da y darnos un momento para corregir o mejorar la situación, seguimos adelante.
Actualmente el shiatsu es reconocido y apreciado como un método simple y eficaz para mantener la salud y el bienestar físico y emocional.
Raquel Elorza
Shiatsu Terapeuta
Miembro de la Asociación
Argentina de Shiatsu Terapeutas
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