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domingo,
12 de
marzo de
2006 |
Malos hábitos. Salud buscará alianzas con los productores de alimentos
Quieren hacerle "marketing" a lo saludable
El proyecto "Cantinas saludables" se inscribe en el marco de un plan de prevención en salud cardiovascular y cuenta con financiamiento del programa Vigía, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. Luego de esta "prueba piloto", la coordinadora de la Secretaría de Salud municipal, Beatriz Martinelli, anticipó que se acordará con el Instituto del Alimento la aplicación en Rosario del programa Propia (Programa de Prevención del Infarto en la Argentina), que implicará una estrategia de coordinación con los productores de alimentos para "hacer marketing positivo" de una alimentación saludable.
"Es posible disminuir el contenido de sal en pan y galletitas, y de ácidos grasos. Para ello hay que capacitar a los productores a fin de promover en el mercado una línea de productos saludables", remarcó Martinelli, y recordó: "Esta experiencia se hizo en Finlandia hace 30 años y los índices de muerte cardiovascular bajaron un 30 por ciento".
Entre otras acciones, Salud Pública del municipio y el Mercado de Productores Rosario realizaron una campaña con el objetivo de concientizar a niños y adultos sobre el buen hábito de consumir comidas sanas. La movida se produjo durante esta temporada estival. Profesionales y promotores de la salud trabajaron durante enero y febrero en el balneario La Florida, piletas municipales y espacios verdes incentivando la buena alimentación.
Combinando el juego con la educación, entre otras acciones, los responsables de la campaña entregaron a los chicos folletería con las figuras de frutas, verduras y hortalizas, planteando desde lo lúdico la concientización de cara a una alimentación saludable. Los chicos que participaron del entretenimiento debían colorear cada uno de los productos dibujados y terminada la actividad se les regaló una fruta como premio.
En Inglaterra, el famoso chef Jamie Oliver, que alcanzó la fama como "the naked chef" (el chef desnudo), fue el encargado de sacudir la ignorancia y la aceptación de la comida chatarra en Gran Bretaña. Las series documentales de Oliver emitidas esta primavera europea sobre la alarmante pobre calidad de las comidas escolares generó un debate nacional sobre la relación entre la alimentación, la obesidad, la enfermedad y el comportamiento. Los espectadores quedaron impactados por las imágenes de aulas con alumnos adictos a la pizza y a las papas fritas, incapaces de reconocer una verdura como el puerro.
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