|
domingo,
26 de
febrero de
2006 |
DRAMA EN CASILDA
Un comerciante
mató a su mujer
y se suicidó
Casilda.- Un arrebato pasional de un comerciante de 34 años terminó en forma trágica cuando mató de dos tiros de escopeta a su esposa y luego se descerrajó un tiro en la boca que acabó en forma instantánea con su vida.
Graciela Andreoni recibió dos disparos. Uno impactó en su brazo izquierdo y el otro -el letal- a la altura de la nuca. Tras el asesinato su pareja desde hacía cuatro años, Mauro Sánchez, recargó su escopeta calibre 16 y puso el caño dentro de su boca para luego abrir fuego.
El drama ocurrió ayer a las 7.30 en el domicilio que ambos compartían en Leopoldo Marechal 1266, en el barrio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Al parecer la pareja discutió antes de que Sánchez buscara su escopeta. Luego del primer disparo, que impactó en su brazo izquierdo, la mujer salió de su casa a los gritos. Solicitaba ayuda a los vecinos que azorados contemplaron el final de la secuencia: el segundo disparó dio entonces en la nuca de la mujer que cayó desplomada al piso sobre un charco de sangre.
Según el testimonio de allegados, la pareja, que llevaba cuatro años de convivencia, atravesaba una conflictiva relación. El hombre -dedicado a la venta de pollos- tenía una relación atormentada con su esposa a raíz de sus celos y de su desconfianza hacia ella. La mujer -propietaria de un salón de belleza que atendía en su domicilio y además instructora de baile de ritmos caribeños- le había confiado a sus amigas que la relación con Mauro era tortuosa en los últimos meses y que ya había dejado de quererlo.
De acuerdo a allegados a la pareja, ayer iba a ser el último día de convivencia del matrimonio. Ya habían acordado que Mauro se iría a vivir a otra casa y que Graciela permanecería en la vivienda del barrio de la UOM. Graciela había viajado a Rosario el día anterior y volvía a su casa para compartir el último día junto a Mauro.
"Mauro estaba profundamente enamorado de Graciela y sintió que la perdía para siempre", explicó a la policía un allegado a la pareja. Su impotencia por esa circunstancia, presumían en el entorno del matrimonio, movilizó la desequilibrada acción del comerciante.
enviar nota por e-mail
|
|
|