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 domingo, 26 de febrero de 2006  
Osteopatía: una alternativa sin medicamentos ni cirugía

Desde el alba de los tiempos en todas las culturas humanas, el hombre trató de aliviar los sufrimientos corporales propios y los de sus semejantes. Para ello se sirvió de sus manos comprendiendo que a través de manipulaciones articulares era capaz de curar. Así por ejemplo, desde el antiguo Egipto, pasando por la cultura griega con Hipócrates, la romana con Galeno y las tribus de América, se fue transmitiendo a través de los siglos la habilidad de curar manualmente.

Fue el médico norteamericano Andrew Taylor Still quien creó el término osteopatía, y en 1892 la primera escuela de esta especialidad en Kirksville.

La osteopatía es la aplicación de un método de evaluación y tratamiento corporal en el cual las herramientas son las manos, que busca alteraciones en los tejidos corporales relacionadas con el mal funcionamiento o restricciones en la movilidad de cualquier articulación.

La técnica evalúa al paciente en forma global comenzando por la postura y la marcha, para pasar luego a una evaluación analítica de los segmentos corporales que si se encuentran fuera de su mecánica normal, pueden generar cambios en el equilibrio orgánico que se traducirán a corto o largo plazo en dolor.

¿En que se diferencia de la quiropraxia? La diferencia fundamental es su filosofía, que guía fundamentalmente el trabajo del osteópata y su concepción holística del funcionamiento del cuerpo. Sus métodos de tratamiento actúan sobre el paciente como un todo en íntima e inseparable relación de sus partes y no como pedazos que se consideran por separado.

Se basa en tres principios fundamentales:

  • La homeostasis, es decir el principio según el cual el cuerpo posee en sí mismo, en condiciones normales, el potencial de luchar contra las agresiones hasta que estas superan sus defensas internas generando patologías (disfunciones, enfermedades).

  • La unidad, su indivisibilidad como fuente de estabilidad y movilidad en relación con el medio ambiente.

  • La relación entre estructura y función, que involucra a los dos precedentes. Es imprescindible para la curación considerar que cualquier alteración de la estructura afecta indefectiblemente a la función y viceversa, de ahí la necesidad de ver la totalidad.

    Según la concepción osteopática no existen afecciones aisladas, sino que cada parte puede afectar o ser afectada por otra, aun con gran distancia entre ellas. Cuando las partes no están ordenadas, la enfermedad se presenta, o existe un terreno fértil para que se manifieste.

    No significa sólo el tratamiento de los síntomas, sino también lo que el cuerpo expresa.

    El razonamiento del terapeuta entonces, tiene como objeto poner la mano en la estructura que se expresa, respetando al mismo tiempo la queja y lo que pide el paciente. Se establece una distinción muy clara entre las causas corporales (que llamamos lesiones) y los fenómenos patológicos que se desprenden de ellas. Así se presenta un enfoque coherente de las diferentes acciones manuales posibles para curar.

    Muchas veces se ha comparado a los practicantes de osteopatía con "mecánicos" de la estructura corporal, y en efecto es así, ya que actúan devolviendo al cuerpo la capacidad de compensar o de volver a su estado original cuando es agredido por un elemento externo (frío, caída, golpe, estrés), o interno (emoción).

    Por ejemplo: si el pie se encuentra fuerte y flexible en su estructura, es capaz de adaptarse a los cambios del terreno en el que circulamos sin dañarse ante cualquier imprevisto (esguince de tobillo). Si no fuese así, ante un tropiezo podríamos tener un esguince de grado variable que en el peor de los casos llevaría a una cirugía o inmovilización con yeso. En un grado leve, podría ser tratado inmediatamente por el osteópata quien restablecerá el normal funcionamiento entre los huesos del tobillo y el pie.

    Si no fuese tratado inmediatamente pueden ocurrir dos cosas, o que el cuerpo restablezca la normalidad por sí solo, o que quede una alteración instalada. Esta alteración puede ser rápidamente transformada en asintomática (sin síntomas, sin dolor) por los mecanismos de compensación que trasladarán la alteración a otra parte, por ejemplo a la columna lumbar, o cervical. Si esto no es tratado desde su origen, con el tiempo y la incidencia de otros factores (postura, tensión) puede trasformarse en cefalea crónica de origen cervical.

    La osteopatía trata afecciones de corto tiempo o de largo tiempo y previene en ambos casos la aparición de dolores o afecciones nuevas y su cronificación.
    ¿Quiénes la practican?
    En Argentina es mayoritariamente realizada por kinesiólogos, también por médicos que se han capacitado y especializado a través de posgrados, pero también por otros profesionales de la salud.

    En países de Europa y Estados Unidos es una profesión liberal realizada por osteópatas tengan o no otras titulaciones en el área de la salud.

    La duración de la sesión va de cuarenta a sesenta minutos, y el tratamiento varía según el estado general del paciente y del momento en que llega a la consulta (entre una y seis sesiones, pudiendo ser más en los casos muy crónicos o rebeldes). Luego se hacen controles o mantenimientos periódicos mensuales o semestrales según los casos.

    Cualquier persona desde bebés a ancianos pueden tratarse con osteología, los resultados dependerán del estado general de la estructura corporal. Cuanto menos dañada mejor y más rápido se ven los cambios.

    No es necesario esperar que aparezca el dolor para consultar. Es mejor prevenir o acudir a la consulta antes.

    Cuando aparece el dolor, salvo en el caso de traumas agudos, ya hace un tiempo que la estructura viene sufriendo, es decir que el dolor es la gota que rebalsa el vaso. Al igual que en medicina general, es bueno hacerse el hábito de realizar controles periódicos.

    Acerca del tipo de dolencia que puede tratarse con osteopatía, pueden ser variadas. Su acción es positiva en todas las afecciones de la columna vertebral o cualquier articulación del cuerpo en donde no haya un gran daño de la estructura, como es el caso de las artritis o las parálisis graves.

    Mayormente en alteraciones de origen mecánico y postural. En dolor lumbar, cervical, dorsal, dolor de cabeza, mareos, problemas de equilibrio, ciática, problemas mandibulares, en alteraciones posparto de la pelvis y columna, entre otras afecciones.

    El terapeuta busca a través de técnicas no agresivas y sumamente suaves, estimular y restablecer la libre circulación. Se movilizan músculos tensos que impiden la normal circulación de la sangre reteniendo toxinas propias de desecho del metabolismo muscular.

    La osteopatía busca la causa que crea el síntoma para que el restablecimiento sea real y duradero, permitiendo al cuerpo la autocuración. Actúa contra los obstáculos que dificultan la función del sistema circulatorio, linfático y nervioso.

    Roberto Meotto

    Kinesiólogo y osteópata

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