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domingo,
26 de
febrero de
2006 |
Ellas preguntan
Graciela, leí tu nota del domingo pasado donde decías que la causa de las perturbaciones nerviosas es sexual, me gustaría que ampliaras el tema. Pamela.
Mucho tiempo antes de su juventud, el niño es un ser completo en lo que se refiere al amor, a excepción de la capacidad para reproducirse. En la infancia el ser humano puede alcanzar gran parte de las operaciones psíquicas propias de la vida amorosa: ternura, entrega, celos.
Sin embargo, los órganos de reproducción no son las únicas zonas del cuerpo que proveen sensaciones sexuales placenteras, existen otras dispensadoras de placer que recién en la pubertad se subordinan al primado de lo genital, encaminando al erotismo para que empiece a funcionar al servicio de la procreación.
También sucede que a menudo los diferentes estados anímicos se expresan al mismo tiempo con sensaciones corporales similares a las sentidas por una excitación sexual, el infante se percata de la relación entre estos estados anímicos y la excitación que siente en el cuerpo. Se puede decir que la indagación psicoanalítica de las neurosis ( diversas formas de nerviosidad por condicionamiento anímico) se ha empeñado en descubrir la existencia del nexo de estas perturbaciones con la vida sexual; la sexualidad no es sinónimo de genitalidad sino que se considera de manera más amplia, abarcando diferentes zonas del cuerpo que están funcionando desde temprana edad.
Así el niño muestra particular interés por los enigmas de la vida, sintiendo preocupación por la diferencia de los sexos y por saber acerca del origen de los hijos. Estas preguntas aunque fueran cuidadosamente respondidas por los adultos pasarán bajo el tamiz de las teorías sexuales infantiles. Es decir que escucharán hasta donde sus oídos le permitan. La forma como cada uno ha podido responderse y posicionarse frente a estas incógnitas de la vida sexual determinarán en gran medida el surgimiento o no de cada perturbación (la vida sexual es una de las causas importante de las neurosis más frecuentes).
Graciela Lemberger
Psicoanalista
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