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 domingo, 26 de febrero de 2006  
Estrés: el peor enemigo

Quienes asumen responsabilidades y toman decisiones a diario, ejecutivos, gerentes, periodistas, médicos y operadores de bolsa, entre otros, están más propensos a sufrir estrés. Pero también el ama de casa y los niños.

En mayor o en menor medida, "todos podemos ser sus víctimas", remarca el doctor Daniel López Rosetti, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología y presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés (SAMES). No obstante, algunas personas están más susceptibles que otras a padecerlo. Se trata de la llamada personalidad tipo A o autoestresora, descripta ya en 1957, por los investigadores norteamericanos Meyer Friedman y Ray Rosenman. El titular de la SAMES detalla los rasgos característicos de las personas que se autoinfligen este tipo de daño, alerta acerca de las consecuencias físicas y psicológicas y propone, para estas personas, un "cambio interno", para evitar que el estrés se convierta en el peor enemigo del organismo.


Identikit
Estudios recientes evidencian que determinadas características de esta conducta "autoestresora" guardan relación no sólo con el estrés, sino también con otras enfermedades. "La conducta tipo A, define el doctor López Rosetti, es propia de aquellas personas impacientes, con un alto grado de actividad, perfeccionistas, capaces de atender muchas ocupaciones al mismo tiempo, eficientes competitivas, que hablan y hacen todo rápidamente". Interrumpen la conversación de los otros con frecuencia, se manejan en virtud del reloj, son puntuales, tienen muchas metas y en general, mal definidas, se ponen ansiosas al tener que esperar, gesticulan al hablar, quieren ganar en todos los juegos y entienden que hacen las cosas mejor que los demás. La personalidad opuesta es la llamada tipo B, que se caracteriza por ser más relajada, tranquila, reflexiva y madura. En términos orgánicos, resulta notoria, en la conducta del tipo A, la incidencia de enfermedades cardiovasculares a causa del estrés. Además de la predisposición a elevar la frecuencia cardíaca, el nivel de adrenalina en sangre, el colesterol sanguíneo y la tendencia a la hipertensión arterial, la arteriosclerosis y las arritmias cardíacas. "Se trata de personas que generan fácilmente estrés psicológico y el cuerpo sufre más de lo normal por esta condición", sostiene el especialista. "La orquesta que es nuestro organismo desafina, grafica en su libro Estrés, epidemia del siglo veintiuno. Así, los sistemas cardiovascular, digestivo, hormonal y el inmunológico ven comprometido su funcionamiento y esto favorece la aparición de enfermedades".


Cambio de actitud
El doctor López Rosetti propone, en primer término, identificar las características de la personalidad tipo A, tales como la competitividad y el perfeccionismo, para luego "sustituir el concepto erróneo que la origina por uno más racional y realista". Entre otras modificaciones, sugiere:

  • Si la persona es perfeccionista, que "trate de empeorar" y se asegure cuando menos "incurrir en un mínimo de errores".

  • Que escuche atentamente y de modo paciente la conversación de los demás y evite interrumpirlos.

  • Concentrarse en una sola cosa por vez.

  • No interferir en el trabajo de los otros aunque crea que puede hacerlo mejor o más rápidamente.

  • Delegar tareas que no requieran ser hechas personalmente.

  • Reservar, todos los días, un momento para la práctica de una técnica de relajación, meditación o descanso.

  • Consolidar lazos con parientes, amigos y otras relaciones para generar un vínculo "más estrecho y gratificante".

  • Permitirse una duda razonable sobre sus propias afirmaciones, y no terminar convirtiendo la seguridad y la certeza en defectos.

    Mantener la mente abierta a los cambios modificando la conducta en las actividades diarias, aconseja el cardiólogo, mejorará su perfil biopsicológico y ganará una mejor calidad de vida.



    Rita A. Barratto
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