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domingo,
26 de
febrero de
2006 |
Suspenden la búsqueda de 65
obreros atrapados en una mina
Conmoción en México. Intentan extraer gas tóxico del yacimiento donde están sepultados hace una semana
Un equipo de emergencia trataba ayer de extraer gas tóxico de una mina de carbón en México, donde 65 hombres están atrapados desde hace una semana, mientras sus familiares esperaban un milagro luego de que se suspendiera la búsqueda de sobrevivientes.
Las cuadrillas de rescate postergaron por tres días la búsqueda de los obreros que quedaron sepultados en la mina de Pasta de Conchos, en el norteño estado de Coahuila, para proteger a las equipos de rescate del exceso de gas metano, altamente inflamable y que aparece a menudo en las minas de carbón.
Los mineros quedaron atrapados varios metros bajo tierra luego de que en la madrugada del domingo pasado una explosión de gas metano provocó un derrumbe en las entrañas de la mina. Hasta el momento no se ha hallado ningún cuerpo.
Minera México, subsidiaria de Grupo México y propietaria de la mina, anunció que la empresa planea entregar indemnizaciones de unos 750 mil pesos (unos 71.400 dólares) por cada trabajador, lo que junto con la noticia de la suspensión de las tareas de rescate desató la ira de los familiares.
Un grupo de personas intentó impedir que el secretario de Trabajo, Francisco Salazar, pudiera retirarse del lugar luego de informarles de la suspensión de las tareas de rescate.
"No se ha dejado de trabajar más que en dónde técnicamente se complicaron las cosas. Se están haciendo las perforaciones directas para poder llegar al punto donde se supone que están los mineros, y conocer las condiciones en las que están", dijo el presidente Vicente Fox a la prensa.
"La suspensión es temporal, y no significa que las labores de rescate se suspenden definitivamente, ya que éstas continuarán una vez que existan las condiciones técnicas", indicó Grupo México en un comunicado de prensa.
Sin embargo, tanto el gobierno como los administradores de la mina han dicho que es prácticamente imposible encontrar con vida a alguno de los hombres desaparecidos tras la explosión ocurrida el 19 de febrero.
Aferrados a la esperanza
Ricardo García, cuyo hermano José Guadalupe García, de 49 años, es uno de los mineros atrapados, dijo que sus familiares se turnan en vigilia frente a la mina porque temen que eventualmente los desplacen del lugar. "No queremos dejar esto solo, porque entonces ni los cuerpos nos van a llegar", se quejó.
Después de la decisión, la mayoría de los familiares optaron en la madrugada de ayer por dejar la mina, pero unos 40 permanecían afuera, aún con esperanzas de ver vivos a su seres queridos.
"Se van agotando las probabilidades pero hasta que no lleguen con la gente uno sigue con la esperanza de encontrarlos con vida", dijo Agustín Botello, de 30 años, cuyo padre estaba en la parte más profunda de la mina cuando ocurrió la explosión.
La empresa comenzó antenoche las labores de extracción de gas tóxico. "Están trabajando cinco máquinas, cuatro en la zona donde están los mineros para ver la calidad del aire y una para desgasificar", dijo una portavoz del Grupo México.
Según la fuente empresarial, en un sector de la mina donde se creía que estaban trabajando nueve hombres cuando ocurrió la explosión no había suficiente oxígeno para que sobrevivieran al accidente.
Los familiares, algunos de los cuales pasaron la noche en torno a fogatas cerca de las puertas de la mina, están divididos sobre la decisión de la compañía de suspender el rescate.
Unos dijeron que estuvo "muy mal hecho" porque los mineros estarán atrapados varios días más, mientras que otros afirmaron que fue una buena decisión porque se reduce el riesgo de otra explosión.
"Esto no puede seguir así, no son animales para que los dejen abajo", dijo Jorge Uribe, de 26 años, cuyo tío se encuentra entre los trabajadores desaparecidos.
El personal de rescate, que incluye mayormente mineros, se internó unos 800 metros en la mina, que tiene una extensión de 2,8 kilómetros y llegó a una zona en la que se creía podía haber 26 trabajadores.
Pero el administrador de la mina, Rubén Escudero, dijo que no se hallaron rastros de ellos, lo que implicaría que están enterrados debajo de los escombros o se encuentran en otro sector. (AP y Reuters)
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Familiares de las víctimas reclaman celeridad en las excavaciones.
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