En Foco. Las negociaciones que vienen

El próximo miércoles arranca marzo. Es el inicio del ciclo lectivo pero también es el punto de partida para el comienzo de las negociaciones formales de las paritarias salariales, que se llevarán gran parte de la agenda del primer semestre del año.

La semana pasada fue una muestra de que la pelea por la redistribución del crecimiento será dura. A modo de preliminar, el presidente de Carrefour, Eric Legros, tras firmar un acuerdo de precios con la asociación de consumidores Adecua y la de Lita de Lázzari, aseguró que "no puede haber paritarias que convaliden aumentos de sueldos por encima de la inflación". Un pensamiento en el que coincide todo el arco empresario.

Desde la CGT que lidera Hugo Moyano a modo de respuesta le recordaron al gobierno y empresarios que "la distribución equitativa del ingreso debe dejar de ser un slogan discursivo para convertirse en fundamento de grandeza nacional".

Justamente el sindicato de camioneros será la punta de lanza de las negociaciones colectivas. Reclaman un aumento salarial del 40%. El resultado final será seguramente el marco de referencia para el resto de los gremios, donde los siguientes en la lista de paritarias pertenecen a los denominados "Gordos" de la CGT.

En este sentido, el presidente Néstor Kirchner, escudado en su obsesión de que la inflación no se transforme en su talón de Aquiles, se encargó personalmente desde mediados de enero a sentar industrias, proveedores y cadenas de supermercados a firmar acuerdos de precios, y, como efecto secundario, reducir las "expectativas" salariales para cuando a partir de marzo se inicien las negociaciones colectivas. Traducido: bajar las demandas de un 40% de aumento salarial a un 15 ó 20%.

Aunque Kirchner desde los escenarios asegure una y otra vez que dentro de sus metas está la redistribución de la riqueza y la reducción de la pobreza, los últimos indicadores al respecto mostraron lo contrario. Es más, la inclusión de cláusulas de revisión de precios cuando se toquen los salarios parecen también ir en sentido opuesto.

Modificar la realidad es una tarea complicada. Tal vez por eso la ministra de Economía, Felisa Miceli, después de enojarse con la aparición de las estadísticas del Indec decidió tomar un atajo y dijo que cambiará algunos mecanismos de cálculo de los relevamientos.

Justamente la semana pasada un trabajo elaborado por la Sociedad de Estudios Laborales (SEL) en base a datos del sistema de la seguridad social, mostró las grandes diferencias que existen incluso entre los empleados "en blanco", que llegan a superar en cinco veces los ingresos de los que más ganan respecto de los que menos ganan.

Sobre esta realidad es que sindicatos, empresarios y gobierno comenzarán a actuar a partir del próximo miércoles. Pero lo triste es que afuera de estas negociaciones aún queda alrededor del 50% de los trabajadores que están contratados en negro.