El líder cocalero cuenta con un respaldo interno y externo sin precedentes.

Evo Morales asume el poder con la esperanza de cambiar la historia

Es el primer indígena al frente del gobierno. Llega a la presidencia con una popularidad del 65 por ciento

La Paz. - Con un respaldo interno y externo sin precedentes, y en medio de grandes expectativas, Evo Morales asumirá hoy la presidencia de Bolivia, con la esperanza de escribir una "nueva historia" en el vapuleado país, el más pobre de Sudamérica. El líder cocalero será investido como el primer indígena al frente del gobierno boliviano, después de 180 años de vida republicana y a más de cinco siglos de la conquista española.

En el acto oficial de asunción, que se anuncia como el evento internacional más importante de la historia de Bolivia, estarán presentes 11 presidentes, 52 delegaciones extranjeras y más de 1.200 periodistas. Entre los mandatarios que confirmaron su presencia figuran Néstor Kirchner; Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil; Alvaro Uribe, de Colombia; Nicanor Duarte Frutos, de Paraguay, y Alejandro Toledo, de Perú. También asistirán el príncipe Felipe de Borbón y el secretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Thomas Shannon.

Morales llega a la casa de gobierno como el sexto presidente de Bolivia en los últimos cinco años, y con una popularidad del 65 por ciento, según una reciente encuesta de la firma Apoyo, Opinión y Mercado. Evo se impuso en las elecciones generales de diciembre con un 53,7 por ciento de los votos.

Su capital político supera con creces al de sus antecesores, que juraron como mandatarios después de "segundas vueltas" en el Congreso, al no haber alcanzado la mayoría requerida para ser designados de forma automática como presidentes. También cuenta con una importante bancada de diputados y senadores comprometidos con su gestión.

Los representantes de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), asumieron las presidencias de las Cámaras de senadores y diputados, lo que significó una gran victoria frente a la oposición, el partido Podemos del ex presidente conservador Jorge Quiroga, cuya agrupación pugnaba por liderar el Senado.


Presiones y contrapeso
En la agenda para la gestión 2006-2011 aparecen, de antemano, temas como la asamblea constituyente y el proceso de autonomía regional que promueve la próspera región de Santa Cruz (oriente). Además figuran las demandas populares de nacionalizar los hidrocarburos y generar empleo.

Más a corto plazo, el nuevo mandatario se enfrenta a la decisión de armar su gabinete de ministros, en un hecho que la analista política Ximena Costa juzga como crucial para determinar si Morales lo definirá por su cuenta o si cederá ante la presión de los sectores sociales.

Para Costas, la expectativa que rodea a Morales puede jugar en su contra. "De los gobiernos anteriores se esperaban ciertos cambios. Pero de Evo Morales se esperan cambios estructurales, se espera que resuelva problemas que no se han resuelto en 180 años de vida republicana", advirtió la analista.

Sin embargo, en las calles de La Paz las expectativas son muy altas. "Como país estamos más esperanzados que nunca", dijo el ingeniero civil David Escalier, que no votó por Morales. "Antes de Evo sabíamos que todos los políticos eran más o menos lo mismo. Ahora esperamos que las cosas cambien".

Sin embargo, según los analistas, no será fácil para Morales hacer un contrapeso entre los reclamos populares y el pragmatismo que el sector más moderado de su entorno le reclama, y que lo ha llevado a señalar que "el trabajo de un presidente es hacer buenos negocios para el pueblo boliviano".


Regreso a los orígenes
Los "pueblos originarios" de Bolivia convirtieron ayer a Evo Morales en su líder, con ritos tradicionales y una multitudinaria fiesta en el milenario pueblo de Tiwanaku. Más de 50 mil indígenas aymaras, quechuas, guaraníes y de otros pueblos de Bolivia desafiaron la lluvia, el frío y el viento para saludar a Evo, un aymara que en la ceremonia agradeció a la madre Tierra por su victoria y recibió un bastón de mando con la cabeza de un cóndor en una de sus puntas.

Morales fue recibido por cuatro sacerdotes andinos que realizaron un ritual de "limpieza espiritual" y "energización" del mandatario, que vestía un manto rojo y un colorido sombrero de cuatro puntas.

"Hoy comienza el nuevo año para los pueblos originarios del mundo, una nueva vida en la que buscamos igualdad, justicia, una nueva era", dijo Morales al promediar la extensa ceremonia. Sólo con la fuerza del pueblo vamos a acabar con el estado colonial y el modelo neoliberal. Esta lucha no se para, esta lucha no termina, en el mundo gobiernan los ricos o gobiernan los pobres. Tenemos la obligación y la tarea de crear conciencia en el mundo entero para que las mayorías nacionales, los pobres del mundo conduzcan su país", aseguró.

Morales y los guías espirituales de los principales pueblos indígenas del país saludaron desde el borde de una colina mientras miles gritaban "viva Evo" y "viva Bolivia". El nuevo presidente eligió para el rito las monumentales ruinas de Tiwanaku, a 70 kilómetros de La Paz y a más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, dado que allí, antes de las elecciones, él había pedido el 50 por ciento más uno de los votos y se comprometió a regresar a agradecer la victoria.

Evo fue coronado ayer como el máximo líder de los indígenas bolivianos.