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sábado,
17 de
diciembre de
2005 |
Filmar, denunciar e incomodar a las empresas
Lake Forest, California. - La camioneta blanca entra lentamente en la playa de estacionamiento de una licorera e inmediatamente la rodea una treintena de jornaleros hispanos que se ponen a negociar con el conductor. Segundos después, otra turba desciende sobre el vehículo. Blancos, cincuentones, toman fotos y hablan de leyes laborales. "Si tomas ilegales, pondremos tu foto en Internet", advierte Robin Havidston, una gerente de bienes raíces que se convirtió en activista sobre inmigración al comprobar el número de latinos en su comunidad. "Yo contrato legales", dice el conductor en mal inglés. Más tarde se identifica como iraní. "Pero esta gente no es legal", replica el manifestante Gerry Nance, al entregar al conductor un manojo de formularios. "Tiene que verificar todo esto para asegurarse".
El conductor menea la cabeza y se va. Los trabajadores regresan a la pared de la licorera, frustrados pero con la esperanza de que los manifestantes se vayan y les permitan ganarse el jornal del día.
Furiosos por la política del gobierno federal de cara a la inmigración ilegal, temerosos de que los indocumentados depriman los salarios, grupos derechistas que abogan por la reforma migratoria están ampliando su radio de acción, de la frontera entre EEUU y México a los lugares de trabajo en el sur de California, Texas, Virginia y hasta ciudades del norte como Chicago.
Su método consiste en tomar fotos de quienes recogen a los jornaleros y publicarlas en páginas de la red tales como www.wehirealiens.com y www.operationshameonyou.org/ cuyos nombres significan "contratamos extranjeros" y "operativo sinvergüenza". A veces incluyen sus patentes y direcciones, y entregan las fotos a funcionarios de inmigración. El objetivo es doble: impedir que las empresas, por vergüenza, sigan contratando indocumentados y obligar al gobierno a aplicar la ley. "Sabíamos que debíamos atacar en dos frentes para obligar al gobierno a ocuparse de este problema", dijo Chris Simcox, un ex maestro de escuela y fundador de los "Minutemen" que iniciaron las patrullas civiles de la frontera con Arizona el año pasado y ahora se concentran en los empleadores. El objetivo del grupo, cuyo nombre proviene de una milicia de la guerra de independencia, es "filmar, denunciar e incomodar las empresas que violan la ley". Estas tácticas enfurecen a los empresarios, que amenazan con iniciar juicios.
Difícil de cumplir
Si bien las autoridades de inmigración han tratado de fortalecer la seguridad en la frontera con miles de agentes nuevos, es infrecuente que detenga a los ilegales en sus lugares de trabajo y más aún que aplique multas a las empresas que los contratan. En los 90 se detenía en promedio a 200 trabajadores por semana, cifra que descendió a ocho por semana en 2003, el último año del cual se dispone de cifras.
Los conservadores alarmados por la inmigración ilegal comprenden que perseguir a las empresas puede ser más importante que reforzar la frontera, dijo Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios sobre Inmigración, partidario de reducir la inmigración y de aplicar la ley con mayor rigor.
Aunque aún no se puede evaluar su impacto, los manifestantes con cámaras aparentemente han logrado reducir el número de trabajadores contratados en un día cualquiera. Durante las tres horas que duró una protesta reciente organizada por el grupo Fire Coalition en Lake Forest, una comunidad 80 kilómetros al sur de Los Angeles con una gran población latina, sólo un empleador les hizo caso omiso y tomó a un jornalero. (AP)
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