Palacio fue clave por su contundencia

El bahiense Rodrigo Palacio se convirtió en el máximo anotador de Boca en el Apertura y sus goles llegaron desde esta tierra que lo vio nacer, aunque creció en Huracán de Tres Arroyos y posteriormente en Banfield. Nacido el 5 de febrero de 1982 en Bahía Blanca, Palacio debutó en Boca el 27 de febrero de este año, justo el día que el equipo xeneize pulverizó a Olimpo 3 a 1.

"Pero la verdad, el gol que más recuerdo es el que le hice a Argentinos, porque fue un partido duro y me tocó entrar y hacer el gol que valió el triunfo", aseveró Palacio. Ese día en la Bombonera ingresó en el segundo tiempo, en un partido durísimo que estaba 0 a 0, pero en una veloz corrida terminó con la igualdad y tras marcar el gol comenzó a sentir en carne propia el afecto de la hinchada de Boca.

Palacio tuvo un comienzo errático durante la gestión de Basile, ya que si bien apareció como la gran figura, tuvo un decaimiento futbolístico sobre todo porque estaba reemplazando a su ídolo, Guillermo Barros Schelotto, aunque luego, con sus goles, se ganó el cariño de la gente y se convirtió en una de las figuras del equipo. "Guillermo me habla, me da consejos y valoro mucho lo que me dice. Me dio mucha confianza cada vez que me tocó entrar. Nunca sentí que estaba peleando el puesto con mí ídolo, porque cada vez que tenía que jugar lo hacía tranquilo, sabiendo que tenía su respaldo", señaló.

En rigor, sólo un porcentaje del pase de Palacio pertenece a Boca, ya que el resto es de un grupo empresario y de Banfield, que quieren venderlo al exterior. "Me agrada que se interesen clubes importantes de Europa", expresó, pero recalcó: "Yo me preocupo por rendir bien en Boca".