Una adolescente participó del ataque al autobús en Río

Tiene 13 años. Confesó que detuvo el micro para que miembros de una banda de narcos pudieran incendiarlo

Río de Janeiro. - Una adolescente de 13 años confesó al parecer haber participado en el atentado con una bomba incendiaria contra un ómnibus de Río, el miércoles, que mató esta semana a cinco pasajeros, dijeron ayer las autoridades.

La muchacha, cuya identidad no fue difundida por ser menor de dad, dijo a las autoridades que ella y otra mujer pararon el autobús para que los miembros de una banda de narcotraficantes pudieran arrojar bombas incendiarias contra el atestado vehículo.

La muchacha y la mujer hicieron señas desde la calle al conductor del autobús para que se detuviera cerca del lugar en que se habían escondido los narcotraficantes, según la policía. La joven dijo presuntamente que un narcotraficante llamado "Lorde".


"Su objetivo era matar"
La muchacha dijo que los narcotraficantes -cinco- intentaron mantener a los pasajeros dentro del vehículo la mayor parte del tiempo posible mientras ardía. Agregó que el autobús fue elegido al azar. "Su objetivo era matar a esas personas", indicó el jefe de policía de Río de Janeiro Alvaro Lins al diario O Globo. "Contó que la orden era no permitir que salieran los pasajeros". La prensa local sostiene que "Lorde" ordenó el ataque en represalia por la muerte de uno de los miembro de su banda a principios de semana en un enfrentamiento con la policía.

Siete de las 14 personas heridas en el ataque seguían hospitalizadas el sábado con graves quemaduras. Dos de los muertos no han sido identificados por el estrado de calcinación de los cadáveres. Entre los muertos figuró una niña de dos años y su madre.

El jueves, varios narcotraficantes mataron a cuatro hombres que dieron eran responsables por el ataque, pero la policía sigue investigando si esos cuatro estuvieron envueltos en el ataque. Fue el tercer atentado en Río contra los autobuses en los últimos meses.

Río de Janeiro es una de las ciudades más violentas del mundo, con 50 homicidios por cada 100.000 habitantes.