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domingo,
04 de
diciembre de
2005 |
Un sobrio showman en plan
de querer contar su historia
Después de un tiempo de inundar la Red de grabaciones y, con la complicidad de músicos como el trompetista Jerry González y El Niño Josele o el productor Javier Limón (con quien está planeando un disco de tangos) participando en la banda sonora de "El delantal de Lili"; después de editar discos como "El cantante" con el folclore de acá y allá en la mochila, Andrés Calamaro, seis años después, volvió con "El regreso", el álbum que resume los tres conciertos que el músico porteño realizó en el estadio Luna Park. Un disco en vivo, lo cual parece extraño para un músico obsesivamente prolífico los últimos años, obsecado en vomitar siempre nuevas canciones. Acompañado por los músicos de la Bersuit, Calamaro, en su nueva condición de sobrio showman, recorre una discografía desde los 90 con Los Rodríguez y luego como solista con trabajos como "Alta suciedad", "Honestidad brutal", "El salmón" y "El cantante". El álbum comienza con "El cantante", la canción de Rubén Blades, y sigue con una lista que incluye "El salmón", "Te quiero igual", "Las oportunidades", "Crímenes perfectos", "Loco", "Estadio azteca", "Media Verónica" y "Flaca", es decir lo mejor de su vasto repertorio. Además de los músicos de la Bersuit y la colaboración de su hermano Javier en "No me nombres", participaron de los shows grabados Juanse de Ratones Paranoicos y Juanjo Domínguez. El primero en voz y guitarra en "Desconfío" y el segundo en guitarra en el tango "Por una cabeza". Hay también en el disco homenajes a músicos del rock argentino que ya no están físicamente junto a Calamaro ni junto a su público, pero sí a través de sus canciones, como Miguel Abuelo y Pappo, a quienes el artista les dedicó el CD.
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