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domingo,
04 de
diciembre de
2005 |
Un fumador contra la ley antipucho
El tabaco no es vitamina, pero es legal y de venta libre. Es factor remoto de afectación a la salud, como otras sustancias legales, por cierto. Pero es llamativo cómo algunos ciudadanos “democráticos” celebran los avances represivos del mismo Estado que autoriza su venta libre. Invocan las restricciones de países anglosajones con una cultura más centrada en hacer cumplir el deber a rajatabla, que en servir a la libertad. Celebran la proliferación de multas, clausuras y todo tipo de medidas coaccionantes. Refuerzan sus pretensiones invocando nociones científicas que desconocen, como la de “fumador pasivo”, la cual no tiene nada que ver con que a alguien ocasionalmente le fumen al lado. El malestar (y no “daño”) ocasionado por el humo del tabaco no es un problema técnico-legal solucionable con represión, sino un problema de orden moral a resolver con buena educación y tolerancia mutua. Es decir, con espíritu democrático.
Claudio Altisen
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