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 sábado, 03 de diciembre de 2005  
En menos de dos horas, el mismo tren arrolló y mató a dos jóvenes
A metros del Apeadero Sur embistió a un chico estadounidense y en la zona oeste a otro. Ambos tenían 19 años. Investigan si el segundo caso fue suicidio

Fue una desgracia inconcebible, asombrosa y única. Pasado el mediodía de ayer el mismo tren atropelló y mató sobre las vías del ex ferrocarril Bartolomé Mitre a dos chicos de la misma edad, en menos de dos horas y dentro del contorno de Rosario. Cronológicamente la primera víctima fue un ciudadano estadounidense, de 19 años, misionero mormón que fue embestido a las 12.30 en inmediaciones del Apeadero Sur. El cuerpo del joven fue arrastrado por casi 150 metros. Dos horas más tarde, a la altura de Magallanes al 900, la misma formación arrolló a otro joven de 19 años y lo decapitó. El maquinista, un hombre de 52 años, oriundo de la ciudad de Gálvez, quedó demorado en la subcomisaría 20ª.

  “Pobre tipo”, musitó uno de los investigadores al dar precisiones sobre la tarde más negra en la vida de Hugo Alberto B., el maquinista de 52 años que guiaba la locomotora 8254, la que mató a dos jóvenes de 19 años en menos de dos horas. La máquina encabezaba una formación de 38 vagones de la empresa Nuevo Central Argentino, heredera —desde 1992— de las vías que fueron del Mitre por 30 años con opción a diez más. Según precisaron fuentes de la investigación, la formación se dirigía desde la provincia de Buenos Aires y su destino era la zona de Patio Parada, las vías que están por debajo del viaducto Avellaneda.

  Eran las 12.30 cuando la locomotora 8254 comenzó a anunciarse con el estridente sonido del silbato en el extremo sur rosarino. El maquinista ni sintió el golpe de un cuerpo contra la mole de metal sobre los boguies a la altura de calle Patricios (que corre paralela a la avenida Batlle y Ordóñez). El cuerpo que había impactado la locomotora era el de Benjamín Robert Ellsworth. Un pibe de 19 años oriundo del estado de Ohio, en Estados Unidos, que era misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. El chico caminaba junto a un compañero, oriundo del mismo estado, cuando por motivos no aclarados fue impactado por el convoy.

  “Los pibes se distrajeron y a uno lo agarró la locomotora. Venían paveando”, explicó un pesquisa. El cuadro fue desgarrador. La locomotora arrastró el cuerpo por cerca de 150 metros hasta la altura del Apeadero Sur, en San Martín y Romero de Pineda.

  Pero parecía turno de desgracias sobre las vías del ex Mitre. Pasaron dos horas y cuando el reloj estaba por dar las 14.20, la locomotora volvió a generar una desgracia. Otro golpe y el grito de los vecinos de barrio Belgrano: “El tren mató a un pibe. Lo decapitó”.

  El tren, que ayer fue de la muerte, había arrollado a un joven que fue identificado como Cristián Ariel Pereyra, soltero, de 19 años. El golpe fue demoledor y seccionó el cuerpo. “Primero nos advirtieron que había sido un suicidio, pero después la investigación se realizó como homicidio culposo”, explicó un oficial. El infortunado muchacho fue identificado por uno de sus primos, quien agregó un dato sobre el que los uniformados trabajaban anoche. “Aparentemente Pereyra tenía problemas depresivos y habría intentado suicidarse”, confió una fuente policial.
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Apeadero Sur, donde un tren atropelló a un chico.

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