"Las palabras nunca son tan inocentes"

Rodolfo Bella / Escenario

La elección del nombre del programa que conduce Mario Pergolini, "Algo habrán hecho", es curiosa. Y un poco irritante. Algunos lo entienden como un guiño. ¿Qué clase de guiño sugiere la connotación que tienen esas palabras? Dos generaciones de argentinos saben que se trata de la forma en que se nombraba el efecto de la violencia en la Argentina de los 70. Con el título del programa ocurrió algo similar a lo que sucede con otras palabras, sólo que recorren el camino inverso que va de la televisión a la gente. Desde José Marrone, con el "Cheeee!!!", y más acá con el "Looser", de Roberto Pettinato, las frases se van filtrando en el lenguaje popular. Olmedo hizo de la construcción de muletillas una industria. Todavía hoy se usan cosas como "Adianchi..."; "Si querés llorar, llorá" está en el mismo panteón de la memoria gracias a Moria Casán, o el "¡Atraaasss!" de Gasalla. Nada es nuevo y no es para sorprenderse por tan poco. Antes de la televisión fueron las historietas las que construyeron e incorporaron un concepto rotundo al vocabulario popular. Así pasó con las mujeres "Divito", y de la literatura quedaron referencias como "luchar contra molinos de viento", de Cervantes. Pero la televisión sigue siendo el medio más eficaz para representar, difundir y fijar un personaje o evento real o ficticio con una muletilla. Probablemente suceda que las connotaciones de "Algo habrán hecho" son desconocidas para una parte de la generación que se identifica con el perfil "cool" del conductor y no tienen por qué entender de qué se trata. O si, pero no lo consideran trascendente. Y tal vez para muchos no lo sea. Pero aun en ese caso, no deja de provocar alguna incomodidad. No se trata de corrección o incorrección política, ni de ser transgresores, como tampoco de apropiarse de una ideología que descree de todos los discursos y relatos. La frase está ahí, con algo de inocencia arrogante y gratuita, pero también con un aspecto inquietante para quienes aún recuerdan la "Argentina potencia", "Argentinos, hacia el mundial!" o "Argentina, un país derecho y humano", construcciones que carecían de contenido pero no de intención en un país en el cual no había lugar para el disenso de los que "algo habrán hecho".