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domingo,
27 de
noviembre de
2005 |
Un simpático origen etimológico
La palabra patovica tiene su origen en una marca. Hace varias décadas un emprendedor llamado Víctor Casterán instaló en Ingeniero Maschwitz (provincia de Buenos Aires) un importante criadero de patos que comercializaba con la marca "Viccas"; la combinación de las primeras sílabas de su nombre y apellido. Los patos "Viccas" eran alimentados con leche y sacrificados a las 8 semanas. Esta particular nutrición conseguía un desarrollo tan asombroso en un período tan corto, que su volumen llamaba enormemente la atención entre los consumidores. Además, estos patos eran generalmente consumidos por público de alto poder adquisitivo pero alcanzaron una inusual popularidad entre toda la sociedad. Llevaban en las patas una etiqueta circular con el slogan: "Pruebe uno, su paladar se lo agradecerá".
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