Los obispos ahora apuntan a los asesores del presidente

A una semana de la difusión de la crítica carta pastoral, sigue la polémica. No habría reunión con el Episcopado

Más obispos se sumaron ayer a la polémica que mantiene el gobierno con la Iglesia por el contenido de la carta pastoral difundida hace una semana, en la que denunciaron un crecimiento de la desigualdad social. Y ahora apuntaron contra los "asesores" del presidente Néstor Kirchner.

En tanto, parece poco probable una próxima reunión entre el primer mandatario y la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal, que encabeza el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio.

"No estamos buscando ninguna reunión. Son sólo intenciones de buena voluntad del gobierno, pero no hay nada", explicaron por lo bajo allegados al cardenal.

Si bien varios prelados continuaron replicando las críticas de Kirchner a la Iglesia, la cúpula del Episcopado prefirió el silencio y no habrá, por el momento, una respuesta formal al gobierno.

"La consigna es silencio total", dijeron voceros eclesiásticos que consideran que el presidente no leyó el documento completo sino que se guió por los titulares de los diarios y "un par de párrafos que le marcó alguien".

A su vez, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, aseguró que "al que se debe cuestionar es al asesor" que aconseja a Kirchner. "Que se tomen el trabajo de mirar con un poquitito más de amplitud la cosa", pidió el prelado, quien consideró que "es raro que un documento provoque malestar".

Por su parte, el vicepresidente segundo del Episcopado, monseñor Agustín Radrizzani, afirmó: "Si los asesores le dijeron al presidente «la Iglesia le ha querido dar a usted», se equivocan".

Según el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, Kirchner tuvo interpretaciones "un tanto precipitadas y exageradas" sobre el texto episcopal.

Tras destacar que, "leyendo con detenimiento y desapasionadamente el documento, no hay pie para este tipo de reacciones", Ñáñez reconoció que existe "una circunstancia difícil" entre el gobierno y la Iglesia. El obispo de Añatuya, monseñor Adolfo Uriona, consideró que "un tema así es conflictivo y, por lo tanto, mediático, porque llama la atención". Si bien admitió que "el gobierno se sintió tocado", indicó que el documento "iba dirigido a toda la sociedad argentina".

Su par de San Luis, monseñor Jorge Lona, dijo que la reacción de Kirchner fue "enteramente desproporcionada" y que el documento episcopal "es un análisis objetivo de la realidad".