|
sábado,
19 de
noviembre de
2005 |
Drama de Parque Norte. Habló el otro conductor procesado como coautor del choque que dejó dos víctimas fatales
"No hubo picada, yo bajé a ayudar"
Guillermo Buratovich asegura que su Fiat Uno rojo iba 50 metros adelante cuando chocó el BMW que guiaba Matías Capozzuca. Dice que quiso declarar lo que vio por los chicos accidentados. Y que eso le costó caro
"Esto me está pasando por bajarme a ayudar. Ahora si veo un accidente ni loco voy a declarar a una comisaria. Me bajé como un boludo y mirá lo que resultó". El planteo pertenece a Guillermo Buratovich, el joven de 18 años que junto a Matías Capozzuca fue procesado por la tragedia de parque Norte del pasado 22 de mayo. El juez Correccional Edgardo Bistoletti entiende preliminarmente que Buratovich y Capozzuca, quien chocó con una cupé BMW negra causando la muerte a dos jóvenes que viajaban con él y graves heridas a otra joven, son corresponsables en el accidente. Ambos fueron procesados por doble homicidio culposo y lesiones gravísimas.
"Declaré porque me dio bronca lo que hizo este pibe. Eran sus amigos los que estaban malheridos y él se fue corriendo", dijo el joven. "En la 7ª le dijo a la policía: «Yo no manejaba, a mi me pegaron un botellazo para robarme»", confió Buratovich.
El choque que el 22 de mayo pasado le provocó la muerte a Ursula Notz, de 16 años, y a Nayib Abraham, de 19, y serias lesiones a Carla Alfaro, de 16, quedó grabado en la memoria de los rosarinos como el caso Capozzuca. Ese domingo por la mañana, una cupé negra BMW se incrustó contra los árboles del parque Norte a la altura de Rivadavia y Santiago. Notz y Abraham murieron en el lugar por el impacto. Carla Alfaro busca recuperarse tras haber sufrido gravísimas lesiones que durante varios meses comprometieron su vida.
"El accidente del BMW lo vi por el espejo retrovisor. Pasó a unos 50 metros detrás mío. El auto chocó a la altura de Costello (el restaurante que está a mitad de cuadra entre Pueyrredón y Santiago y yo ya había cruzado Santiago"), explica Guillermo Buratovich flanqueado por sus abogados y su padre. Lo que pasó esa mañana no se lo olvidará jamás. El muchacho cuenta que salió de bailar del bar Maui (Rivadavia y Rodríguez). Que con un amigo se fue a buscar su Fiat Uno rojo que había estacionado a un par de cuadras. La idea era comer algo después de una noche de diversión.
El semáforo de Callao
"Con el auto pasamos (por Callao) y vimos el BMW parado en doble fila en un minimarket con las balizas prendidas", explicó Buratovich quien resalta que era imposible no posar los ojos en el vehículo de Capozzuca. "Nunca tuvimos contacto con los pibes del BMW, pero me llamó la atención. Era un BMW, cupé, negro, era una guasada", recordó. Después se detuvo en el semáforo de Callao y Rivadavia. Cuando dio el verde, a la cupé negra la veía detenida en su espejo retrovisor.
El Fiat Uno rojo tomó por Rivadavia rumbo a Oroño. "Cuando crucé Pueyrredón, vi por el retrovisor que venía fuerte pasando autos", comentó. "Le presté atención (al auto de Capozzuca) por las luces en el espejo que se movían haciendo zig zag. Estaba oscuro y distraían. Miré y noté cómo pasaba los autos. Después fue todo muy rápido. El auto se le fue de cola y cuando estaba de costado encaró para el parque. Primero parecía que iba a chocar contra los autos estacionados, pero se fue al parque. No vi cuando le pegó a los árboles porque quedó envuelto en una nube de tierra. Cuando llegamos el BMW estaba mirando para Rivadavia".
Hasta ahí el choque que vio Buratovich. En su declaración, Matías Capozzuca declaró que el accidente se produjo cuando fue encerrado por otro automóvil que circulaba en la misma dirección. Según su versión, se detuvo con su cupé BMW en el semáforo de Callao y Rivadavia y delante suyo tenía dos Fiat Uno, uno rojo y otro blanco. Cuando el semáforo se puso en verde, el muchacho dijo que se desplazaba con esos dos coches delante y que uno frenaba constantemente, obstruyéndole el paso. Unas cuadras más adelante, el BMW intentó pasarlo por la derecha al auto de color rojo, pero éste lo "encerró y frenó". Eso hizo que Capozzuca perdiera el control de su BMW y se estampara contra un árbol. Ese coche, de acuerdo a lo establecido en el expediente, habría sido el que conducía Buratovich.
El coprocesado descarta totalmente los dichos de Capozucca. Dice que no hubo picada y muchos menos un roce. "Frené por Rivadavia a la altura de La Capital (la planta impresora, pasando Santiago). Mi amigo bajó. Yo levanté los vidrios, bajé el equipo de música y corrí al lugar. Cuando llegué hasta el auto no lo vi (a Capozzuca). Entonces mi amigo me contó que había salido corriendo", contó Buratovich. "Un pibe lo agarró (a Capozzuca) y le dijo: «Loco tranquilizate. Mirá lo que hiciste». El se agarró la cabeza y se fue corriendo", comentó.
La imagen indeleble
Buratovich recuerda el cuadro: "La puerta del lado del conductor estaba abierta y Capozzuca ya no estaba. El chico Abraham estaba tirado a unos cinco metros. Carla Alfaro estaba desmayada en el asiento del acompañante y detrás suyo estaba Ursula Notz, se veía mal herida".
Con esa escena Buratovich contó que con su amigo estuvo esperando "más de diez minutos" la llegada de las ambulancias y la policía. Como esto no pasaba, el joven fue a buscar una patrulla del Comando que estaba en Rivadavia y Rodríguez. Cuando el móvil llegó un efectivo le preguntó a Buratovich si había visto el accidente. "Le respondí que sí", recordó. "Y lo hice porque me dio mucha bronca lo que hizo este pibe (por Capozzuca). Eran sus amigos los que estaban mal heridos tirados ahí y el loco se fue corriendo. Me dio bronca y le dije al policia: «Quiero contar lo que vi». Y lo quise hacer por los chicos", explicó.
Buratovich recuerda que había dejado su auto estacionado por Santiago y que se fue a charlar con su amigo, quien también declaró en la causa. "Estábamos hablando y me dice: «Mirá, ahí está el pendejo que manejaba». Estaba en la esquina del quiosco, parado mirando el accidente desde enfrente. Una chica lo identificó y dijo: «Ahí está y lo señaló». El se dio media vuelta y comenzó a caminar por Santiago. Se iba. Y la piba le gritó al policía que se estaba yendo. Entonces el policía empieza a correr. Capozzuca caminaba ligero, un comando lo cerró y lo agarraron", contó.
Buratovich se fue a la seccional 7ª en un Fiat Uno rojo. "Mientras estaba declarando, un policía se me acercó y me dijo: «Vos tenés el auto rayado». Le conté que lo había rayado en las vacaciones. Entonces me dijo «a este auto hay que hacerle pericias». Le dije que sí y no le di importancia porque fui a declarar", recordó. Menos de un día más tarde la policía lo secuestró y se lo devolvió hace 15 días.
El joven comentó que más tarde, ya en la 7ª, "a mi amigo lo llevaron como testigo cuando (a Capozzuca) le hicieron la alcoholuria. Cuando estaba orinando un policía le dijo (a Capozzuca) jodiendo: «Te tomaste todo el speed con vodka y mirá la cagada que te mandaste, pendejito». Y él le contestó: «Yo no manejaba el auto. A mí me pegaron un botellazo (en la cabeza) para robarme la billetera»".
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Guillermo Buratovich, de espaldas, con sus abogados.
|
|
|