|
sábado,
19 de
noviembre de
2005 |
Tras las huellas de la tortura
Los ataques en Bagdad tuvieron lugar no muy lejos de la cárcel del Ministerio del Interior hallada en un sótano, en el que 173 prisioneros fueron al parecer maltratados. Algunos de ellos tenían señales claras de haber sido torturados.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, exigió ayer una investigación internacional sobre los hechos. "El gobierno de Irak ha reconocido el problema, y anunció una investigación de las condiciones de cautiverio", dijo Arbour en Ginebra.
Sin embargo, "a la luz de la aparente naturaleza sistémica y magnitud del problema, y la importancia de la confianza pública en cualquier investigación, insto a las autoridades a considerar el llamado para una investigación internacional", pidió. "Un elemento internacional ayudaría a las autoridades a corregir los problemas en el sistema de detención de manera imparcial y objetiva", agregó.
El llamado de Arbour hizo eco a las demandas de políticos sunitas por una investigación sobre las acusaciones de que milicias shiítas, vinculadas al gobierno iraquí, estaban tras las torturas y abusos a los prisioneros. Además, existen informaciones desde Mosul y otros lugares, según las cuales el Ministerio del Interior sigue manteniendo a cientos de personas en prisión, pese a un requerimiento de la Justicia instando a su liberación.
Entretanto, un ex director de la Agencia Estadounidense de Inteligencia (CIA) lanzó ayer graves acusaciones contra el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, en relación con las denuncias de torturas contra Estados Unidos.
Cheney es el "vicepresidente para la tortura", afirmó el almirante Stansfield Turner, jefe de la CIA en los años 70. "El vicepresidente supervisa los métodos de tortura empleados contra los sospechosos de terrorismo y daña la imagen de Estados Unidos", aseguró.
enviar nota por e-mail
|
|
|