Más allá del juego

Pablo Sandoz

Aldo Pedro Poy y Alfredo Obberti, ex jugadores e ídolos rotundos de Central y Newell's respectivamente, tras una breve y rica introducción futbolera a cargo de Juan Fanara, nos otorgaron una charla amena y acogedora, en la cual hicieron referencia a sus más célebres hazañas y trataron diversos temas de la actualidad.

  Respondieron preguntas de los chicos, que ansiosos, pero ordenadamente levantaban sus manos para hablar con ellos.

  Para romper el hielo, el periodista Juan Fanara sugirió: “El primero que pregunte se va a llevar una foto autografiada junto a Obberti y Poy”. Como respuesta, unos pocos valientes elevaron sus manos y en consecuencia asumieron el “honor” de comenzar la charla.

  Muy tímidamente empezó la entrevista de los chicos a los dos históricos goleadores. Perdiendo el miedo a tomar el micrófono y con la inocencia descarada que caracteriza a los niños, surgieron preguntas como: “¿Ganaban mucha plata?”, a la que Aldo Pedro Poy, entre risas, respondió: “No tanto como se gana ahora, pero el que la supo administrar bien, puede que no sufra muchos problemas económicos”.

  Después se sucedieron las preguntas en cascadas: “¿Cómo fue tu primer gol?” “¿Qué se siente jugar en primera?” “¿Fueron rivales?”, pregunta a la que Poy aclaró: “Claro que sí, pero no enemigos, lo que es distinto”.

  La charla fue muy amena gracias a la buena predisposición de los entrevistados que contestaban todo, a veces con humor, pero siempre, fomentando valores como la amistad, la importancia del deporte, el juego limpio, la relevancia de las metas personales.

  “Para alcanzar el objetivo final primero hay que ir a lo cercano y no bajar los brazos nunca”, concluyó Obberti, tras la pregunta ansiosa de un futuro futbolista, que atento apresaba el valor humano que el ídolo quería transmitir.

  Lo que brindaron ambos cracks, más allá de lo futbolístico, fueron enseñanzas de vida, consejos formativos.

  Al finalizar la entrevista, y durante un largo rato, los ídolos firmaron autógrafos para todos los chicos que contentos agitaban sus camisetas.

  Poy y Obberti. Pulgares arriba para ellos.