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 martes, 11 de octubre de 2005  
El meteórico ascenso de la persona "menos indicada"

Mujer, divorciada, protestante y procedente de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), Angela Merkel parecía la persona menos indicada para protagonizar la carrera política más sensacional en Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Merkel supo sortear todos los obstáculos para llegar al máximo poder.

Angela Dorotea Merkel nació el 17 de julio de 1954 en Hamburgo, hija del pastor protestante Horst Kasner y de la maestra Herlind Jentzsch. A los pocos meses de su nacimiento, el pastor se trasladó con su esposa y su hija a la RDA para difundir la palabra divina en un Estado ateo. Merkel creció en la pequeña ciudad de Templin, en Brandeburgo, marcada por su condición de hija de un clérigo en un país comunista, donde el control de la policía política, la Stasi, invadía todas las esferas de la vida.

Bajo la presión familiar, la adolescente Merkel era una alumna brillante. Deseosa de huir del estrecho ambiente de Templin, estudió y se graduó en física en la Universidad de Leipzig, donde vivía en 10 metros cuadrados, y a los 23 años se casó con un compañero. El matrimonio se instaló en Berlín, pero no duró ni 5 años. Merkel se fue de casa con el lavarropas y el apellido de su ex marido, que todavía conserva.


Cabezas que ruedan
En 1986 se doctoró en física y después ingresó a las Juventudes Comunistas (FDJ). Tras la caída del muro, inició su carrera política hacia la cumbre en el grupo Resurgimiento Democrático, que acabaría en la Democracia Cristiana (CDU). A partir de allí su ascenso fue meteórico. En 1990 fue elegida diputada y después, el entonces canciller Helmut Kohl, la nombró ministra, primero de Familia y luego de Medio Ambiente. Kohl, quien se refería a Merkel como "mi niña", realizó con ella una atípica apuesta: introdujo en el gabinete a una mujer que había crecido en la RDA y que no tenía años de militancia partidista.

Por eso Merkel tuvo que luchar duro para afianzarse dentro de la CDU, y a lo largo de los años no tuvo reparos en dar golpes a aquellas personas que la habían ayudado en su carrera. Así se distanció públicamente de Kohl cuando éste se vio envuelto en el escándalo de donaciones ilegales que azotó al partido a finales de los años 90. Finalmente, se alzó con la presidencia del partido después de que el "delfín" de Kohl, Wolfgang Schaeuble, renunciara también en relación al escándalo contable. En medio de su ascensión, Merkel encontró tiempo para casarse en 1998 con el catedrático de química Joachim Sauer, divorciado y con dos hijos.

Con Merkel el partido comenzó de nuevo a celebrar éxitos, llegando a arrebatar al SPD de Schroeder sus bastiones tradicionales. Desde la presidencia de la CDU, Merkel ha ejercido el mando con la frialdad de una experta en la física del poder. Su biógrafo Gerd Langguth destaca como motivos de su éxito su postura de "lanzar el guante y aprovechar el momento favorable", haber sido infravalorada y la "enorme cantidad de cabezas que arrancó". Con su aspecto inofensivo, ha mostrado una dureza implacable en el ejercicio del poder.
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