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martes,
11 de
octubre de
2005 |
Una seguidilla de concesiones complicadas
Las concesiones en las áreas de los bares en espacios de recreación municipales quedaron en la mira de los rosarinos en julio de 2004 cuando el Concejo Municipal pidió que se suspendieran las concesiones de los bares Vip (Alem y Rioja) y El Lago (parque Independencia), a nombre de Agenor Antonio Cortez, luego que el Tribunal de Cuentas demostrara que la explotación estaba siendo llevada a cabo por firmas diferentes. En agosto la Intendencia decidió no dar lugar a la demanda y llamó a una nueva licitación. En febrero de 2005, agentes de la Secretaría de Hacienda salieron a controlar las cajas de los bares concesionados ante la sospecha de que se truchaban los comprobantes de venta. Sobre la suma de esos tickets se calculan el canon y las tasas municipales a pagar. Fueron controlados con "punto fijo" por los sabuesos el bar Davis (Oroño y la costa), el restaurante Don Ferro (España y la costa), y el centro de diversiones International Park (en el parque Independencia). El 22 de febrero el intendente Miguel Lifschitz firmó el decreto que terminó con el contrato de concesión del bar Siempre (ex Munich, en la avenida de la Libertad y San Juan) por la "excesiva demora" en la realización de las obras comprometidas en el pliego de licitación. Más tarde afloró otro problema en Puerto España. Atrapados por un desacuerdo entre la Municipalidad y la concesionaria Coyde SA -que administra los bienes de las ex empresas estatales propietarias de los terrenos-, los arrendatarios de los locales de los bares Quillagua, Focaccia y Doc pudieron abrir sus puertas en la segunda semana de agosto después de varias idas y venidas, que en los dos primeros casos llegaron a siete meses y a un lucro cesante de varios miles de pesos.
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