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 lunes, 03 de octubre de 2005  
Loco de la Escopeta. Reclaman falta de mérito para los acusados por el ataque al 107 en el viaducto Avellaneda
Causa Bertuzzi: piden la nulidad de lo actuado con críticas a la policía
El defensor de Cámaras dice que la fuerza actuó a espaldas de la Justicia y que la preservación de pruebas fue "torpe". Aduce que minimizó un atentado posterior al arresto de Lino y Pepo. Y que no hay evidencia contra ellos

Ariel Etcheverry / La Capital

Una investigación extraoficial realizada por la policía a espaldas de la Justicia. La "desprolija y torpe" tarea de preservación de pruebas llevada adelante en los instantes posteriores al ataque. La desatención por parte de los investigadores de un atentado ocurrido exactamente un mes después. Y fundamentalmente la falta de evidencia concreta contra los dos sospechosos detenidos desde el 23 mayo. El defensor general de Cámaras, Carlos Giandoménico, planteó sobre esos ejes lo que técnicamente se domina "expresión de agravios" y solicitó que se declare la nulidad de todo lo actuado en el caso que terminó con el procesamiento de los hermanos Lino y Alberto Bertuzzi como autores del atentado contra un colectivo de pasajeros sobre el viaducto Avellaneda.

Giandoménico ejerce la defensa de los Bertuzzi en esta instancia judicial luego de que el juez de instrucción Alfredo Ivaldi Artacho los acusara formalmente por tentativa de homicidio y portación ilegal de arma de fuego. El procesamiento de los hermanos fue apelado por la defensora oficial Adriana Alonso y ahora serán los integrantes de la Sala I de la Cámara Penal quienes definirán si revocan o avalan el fallo en primera instancia.

Los Bertuzzi están presos por el ataque a un colectivo de la línea 107 ocurrido el lunes 23 de mayo sobre el viaducto Avellaneda, a pocos metros de calle San Lorenzo. La policía sostiene que ambos están relacionados con la saga del Loco de la Escopeta, un maniático que viene cometiendo sus fechorías hace más de una década sin que la policía lo pueda identificar. Así y todo, Lino y Alberto (o Pepo, como le dicen sus allegados) están imputados sólo en uno de esos casos.

En un informe de 36 carillas, Giandoménico expresó sus serias dudas por la pesquisa realizada por la policía horas después de ocurrido el ataque del 23 de mayo y tildó al procesamiento dictado en contra de sus defendidos como "una simple recolección de elementos y una forzada elongación de los mismos a los fines de lograr conexión con Lino y Pepo".

El diagnóstico sobre las primeras actuaciones de la policía fue lapidario. "La labor prevencional se traduce torpe y desprolija, principalmente atento a la importancia de los hechos investigados", manifestó el defensor sobre el inicio del extenso descargo. Uno de los primeros puntos atacados fue precisamente el modo en que Lino y Pepo fueron detenidos pocas horas después del ataque y la pesquisa tejida previamente.

Los Bertuzzi estaban sindicados como sospechosos porque un testigo de un ataque ocurrido en 2002 atribuido al Loco de la Escopeta describió como probable punto de disparo un camión Mercedes Benz 608 color robo con vivos blancos. En una tarea de inteligencia definida en la Inspección de Zona II (abarca seccionales del oeste y norte de Rosario), una brigada de la seccional 12ª detectó a un vehículo de esas características y al parecer montó una vigilancia sobre el mismo. Ese utilitario pertenecía a Lino y Pepo.

Giandoménico planteó que toda la investigación "extraoficial" que llevó hacia los hermanos no fue informada nunca a la Justicia. Sin eufemismos, el defensor se preguntó: "¿Por qué el comisario Gorosito (titular de la 12ª en esa época) no requirió el auxilio del Poder Judicial, que sin dudas hubiese puesto a su disposición todos los medios necesarios a los fines de identificar el vehículo sospechoso, ya sea con el juez instructor o cualquiera de los juzgados en los que se encuentran tramitando causas similares?".

"No hay una explicación lógica de por qué se esperó a un nuevo atentado para solicitar la colaboración de la Justicia, máxime cuando ya había jueces interviniendo por hechos anteriores", agregó. La cuestión del señalamiento de los Bertuzzi como sospechosos no es algo menor para Giandoménico. La duda está fundada en que el funcionario policial, al obtener los datos de dominio del vehículo, se "constituyó" frente al supuesto domicilio para intentar visualizar el camión.

Siguiendo ese hilo, el jefe de la 12ª interrogó informalmente a la propietaria de la casa, diciéndole que buscaba un MercedesBenz 608 porque había tenido un accidente y se dio a la fuga. De esa forma se obtuvieron datos para llegar a Lino y Pepo. "Todo esto ocurrió sin darle ninguna intervención a la Justicia", remarcó el defensor.

El funcionario también reprochó que no se haya realizado una inspección ocular del lugar el día del hecho. Recién se hizo un día después, es decir el 24 de mayo. Otra cuestión que los investigadores pasaron por alto fue la falta de testigos. "En el ómnibus viajaban 43 personas y sin embargo se permitió que la mayoría se retirara, recogiéndose el testimonio del chofer y de las personas lastimadas. Se perdieron los relatos de al menos 40 personas, las cuales hubiesen aportado datos fundamentales para la investigación".

Otra torpeza o falencia atribuida a la policía fue que no se haya interrumpido el tránsito sobre el viaducto sino hasta casi horas después del episodio. "Esto alteró completamente huellas y elementos de fundamental trascendencia en la investigación. La actuación de la preventora deja, desde el punto de vista técnico, mucho que desear. Se han perdido elementos que resultan irrecuperables y que tiñen al presente de un serio manto de dudas", concluyó Giandoménico.

La hipótesis sobre cómo se produjo el disparo sobre el colectivo también es atacada por la defensa de los Bertuzzi. "Resulta sorprendente o al menos complicada en su propia esencia", sostuvo el funcionario. En ese sentido, un informe de Balística ubicaba a Lino frente al volante y a Pepo situado en la caja trasera del camión, que está completamente aislada de la cabina. La operación de disparo requeriría una coordinación entre ambos improbable de realizar. El defensor también criticó que no se haya tenido en cuenta a testigos que coincidieron en ubicar a los Bertuzzi muy lejos de la escena del hecho. "Se desmerecieron relatos de vecinos y se tomaron como inquebrantables los dichos del chofer, el cual cada vez que depone brinda una versión diferente de los hechos", añadió.
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El camión de los Bertuzzi y el 107, en una pericia del 24 de mayo.

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Un camión semejante en el ataque posterior


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