"Los sectores concentrados les fijan el piso a los precios"

El economista jefe del Banco Credicoop, Leonardo Bleger, consideró que la dinámica inflacionaria es "preocupante" porque tiene origen en la concentración de sectores productivos claves para el consumo masivo, lo cual potenciará las remarcaciones de precios en 2006.

Bleger consideró que la "semilla del mal" de la inflación está en este nivel de concentración, más que en los probables aumentos tarifarios de los servicios públicos que se esperan después de la elecciones del 23 de octubre o en el incremento de las tasas de interés que convalida el Banco Central (BCRA) mediante las Lebacs para esterilizar los pesos que emite para comprar dólares.

Los números que presentó el economista mostraron que la "maquinita" remarcadora se nota más en el sector mayorista que en el minorista. Y que los precios más afectados son justamente los que golpean a la población de menores recursos: los de la alimentación, que dentro de su estructura económica (y también para el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Indec) representan alrededor del 50% de sus ingresos.

En este sentido, al desgranar por rubros el crecimiento de la economía argentina, Bleger expuso claramente que la población de mayores recursos fue el motor de la demanda a través del consumo de bienes durables (DVD, telefonía celular, esparcimiento, etcétera) mientras que la compra de productos alimentarios se mantiene estable.

Por estas razones, Bleger dejó expuesto que el crecimiento económico de los últimos años no repercutió en una mejora para toda la sociedad sino para un selecto grupo. La conclusión: la brecha entre los más ricos y más pobres tiende a crecer.

Señaló que el aumento del consumo privado respondió hasta ahora justamente a mayores ingresos, expectativas favorables, desahorro personal, tasas de interés negativas, disponibilidad de préstamos y turismo extranjero.

En el marco de las jornadas que realizó a lo largo del fin de semana el Banco Credicoop en Chapadmalal, Bleger señaló que no prevé grandes cambios en la política económica para el año próximo, y se basó en los números presentados en el presupuesto 2006: no incluye ninguna reforma fiscal ni aumentos de salarios al sector público o de los planes sociales. Sí consideró que el gobierno y el FMI buscarán, cada uno por sus propias debilidades, alcanzar un acuerdo para prorrogar los vencimientos de deuda que tiene Argentina en los próximos dos años, que crecen de forma exponencial, hasta llegar a los casi 15 mil millones de dólares en 2007.