Entrevista. El canciller aseguró que su rival Mauricio Macri siempre "vivió de franco" y lanzó graves acusaciones sobre su figura

Rafael Bielsa: "Carrió puede ser líder de la derecha"

El candidato a diputado nacional está convencido de su triunfo en Capital Federal. "Yo soy Kirchner", grafica

Rafael Bielsa pone en escena un torbellino dialéctico cargado de axiomas y vocablos poco utilizados en el ambiente político. Sin embargo, hace un breviario de sus rivales y no trepida en descalificar a Mauricio Macri ("si gana, sería como poner un zorro a cuidar a las gallinas") y de considerar a Elisa Carrió como ícono de la derecha.

En una entrevista con La Capital, el canciller hace todos los gestos necesarios para que quede claro su aval a Agustín Rossi y, casi en el tono que usan los parroquianos a la hora de hablar sobre sus vidas en un café, confiesa por qué dijo que Néstor Kirchner será su último jefe: "Llega un momento en que hay otras cosas en la vida... Me gusta escribir, ejercer la profesión, tengo 52 años y aún no resuelto mi futuro: tengo que ganar dinero, pensar en mis chicos; no puedo seguir viviendo a salto de mata y pidiéndole guita a mi viejo".

-Desde los medios nacionales parece bajar la certeza de que las elecciones de octubre en Santa Fe están definidas y que el ganador será Hermes Binner.

-Los medios nacionales saben muy poco de Santa Fe. Nada mejor que venir acá, escuchar a la gente y acompañar al compañero Agustín para percibir cual es la temperatura real. Se habla superficialmente, y las elecciones se definen cuando se contó el último voto, antes no.

-La Capital Federal aparece como un enclave difícil para usted. Los porteños viven entre guerra de encuestas y conflictos piqueteros. ¿Qué pasará en las elecciones?

-En Capital Federal gana Kirchner, no le quepa ninguna duda. Y en Santa Fe gana Rossi.

-O sea, usted es Kirchner...

-Sí. ¿Cuál es la médula de las elecciones? Profundizamos el cambio o empezamos de nuevo desde algún incierto lugar que no se alcanza a saber cuál es. Es un país que tiene una tragedia casi bíblica de volver a empezar todo el tiempo.

Y el secreto de los países viables es la continuidad de políticas que han sido acertadas. Cuando la prueba de ensayo y error demuestra que la gran mayoría de las políticas son acertadas en lo económico, educativo, internacional, lo que se debe hacer es perfeccionar el instrumento, no empezar a pensar en que van a venir huracanes, temporales o confiar en la falsa promesa de un individuo como Macri, que no tiene que pedir licencia porque siempre vivió de franco.

-Desde la mirada mediática hay una clara exageración de las tendencias. Algunos dicen que en Argentina la vida es color de rosa y otros apuntan a la falta de inversión y a la enemistad con los países centrales como una condena a la silla eléctrica. Como canciller, ¿cuál es su visión?

-Ni tan calvo ni con tres pelucas. La realidad es muy difícil para el 40 por ciento de la población. Hablamos mucho de la deuda externa pero poco de la deuda social, que es muy importante. En Argentina hoy se valora que las empresas que invierten sean eficientes y no que tengan un buen lobby frente al gobierno. Durante los 90 lo importante era el lobby y no la eficiencia de la empresa, ahora lo importante es si la empresa sirve o no sirve, y eso se llama capitalismo sano en el marco de un mercado imperfecto como es el de la Argentina. Entonces, cuando nos sentamos con (Jacques) Chirac y bajamos la discusión a los números la gente se entiende. Los números no son ni buenos ni malos, son verdaderos o falsos. Hay un extraordinario esfuerzo por generar un clima de negocios e inversión de capital, ese es el proceso de fondo. La derecha no lo quiere ver ni decir, se olvidó del riesgo país. ¿Se acuerdan cuando se discutía si alcanzábamos a Nigeria? Ahora tenemos menos riesgo país que Brasil. Argentina renegoció (contra todo lo que dijeron las calificadoras de riesgo) su deuda con una quita de 70 mil millones de dólares, bajó de 24 puntos de desocupación a 11 puntos... Eso en dos años, sin crédito internacional ni interno. En los 90 la derecha corría al progresismo con números y el progresismo contestaba con ideología; hoy el progresismo le muestra números a la derecha y ésta contesta con dogma. Es un eje muy interesante, la derecha no puede mostrar números.

-¿Un triunfo de Macri en la Capital Federal erigiría a la centroderecha como alternativa de cara al 2007?

-Macri no va a ganar, es imposible que gane porque no puede perforar su imagen negativa, es una lectura técnica. Macri representa que nosotros hayamos tenido que pagar el Peugeot 505 fabricado por Sevel (donde él era vicepresidente ejecutivo) 35 mil dólares, cuando un Mercedez Benz 190, en el resto del mundo, costaba 18 mil. Esa es la independencia de Macri. Representa la escandalosa causa Opalsen SA, donde tuvo una condena de primera y segunda instancia, y representa que anteayer la Inspección de Personas Jurídicas le ordenara disolver Boca Crece porque es incompatible una actividad comercial con una sociedad sin fines de lucro. ¿Usted quiere eso, desea que un zorro le cuide las gallinas? Yo no.

-Carrió parece corrida al centro pero le disputa a usted el voto progresista.

-Si Lilita hace una buena elección se convierte en la líder de la derecha. Carrió es de derecha, no existe el progresismo con un primer candidato a legislador que toma baños turcos en el Jockey Club...

-Cuando dijo que Kirchner era su último jefe pareció radiografiar una mala relación con el presidente. ¿Es así?

-No, quise significar lo que dije. Es mi último jefe. En la vida hay ciclos, yo tengo 25 años de administración pública (para Macri eso es un desmérito, yo lo llamo carrera administrativa) y llega un momento en que hay otras cosas en la vida... Me gusta escribir, ejercer la profesión, tengo 52 años y aún no resuelto mi futuro: tengo que ganar dinero, pensar en mis chicos, no puedo seguir viviendo a salto de mata y llamándolo a mi papá para que me preste guita. Hay vida después del Estado, y además uno se vuelve grande, no acepta más jefaturas. Kirchner es mi último jefe, y no va a haber otro tipo en mi vida.

-Ahora, es extraño que un buen canciller sea elegido por un presidente para ser diputado, alejándolo de una función trascendente como lo es el manejo de la política internacional.

-La reunión multilateral por antonomasia es Naciones Unidas, en septiembre de cada año. Cuando fui por primera vez era mirado con sorna y escepticismo, cuando fui por segunda vez sufrí interrogatorios y, este año, por muchos países fuimos tomados como caso de estudio. Eso se debió a que hicimos lo que prometimos. Ojo, no somos ejemplo ni modelo de nada. Siendo un país irrelevante, porque yo no me bajo en Chicago y tengo a una legión de periodistas preguntándome cómo fue el gol de (Santiago) Silva a Arsenal, esa irrelevancia es una extraordinaria oportunidad. Pudimos hacer este programa económico porque el mundo miraba para otro lado.

Bielsa ironizó sobre la costumbre de Enrique Olivera de tomar baños turcos en el Jockey.