Año CXXXVIII Nº 48882
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 21/09
Turismo 18/09
Mujer 18/09
Economía 18/09
Señales 18/09
Estilo 17/09

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 25 de septiembre de 2005  
Historias de la noche. Muchos aprovechan el auge de las convenciones y congresos, y si no existen, los inventan
Venir de trampa a Rosario se puso de moda
Empresarios bonaerenses de buen nivel económico disfrutan de las opciones locales a mitad de semana

Pablo R. Procopio / La Capital

Algunos llegan desde Capital Federal, pero la mayoría proviene de la provincia de Buenos Aires. Básicamente del norte de ese distrito: Pergamino, San Nicolás, San Pedro. Son empresarios, hombres de negocios, personal jerárquico, asistentes a congresos, convenciones y reuniones de todo tipo que aprovechan su estancia en Rosario para salir sin que puedan se reconocidos. Casi todos muestran actitudes similares y realizan idénticas actividades (ver aparte). Por eso, varios referentes de la noche, representantes de sitios de esparcimiento, taxistas y directivos turísticos los detectan sin dudar. "Esa pareja está de trampa", dicen al apuntarlos inequívocamente. Pero también los tramposos inventan motivos falsos en sus hogares legales y suelen hacerse escapadas que tienen como destino esta ciudad.

"Vienen a Rosario para evitar ser vistos donde viven", confesó a La Capital el propietario del restaurante Amarra 702 (Belgrano y Buenos Aires), Oscar Duflos. En rigor, el único consultado que se animó a identificarse. "De última, saben que pueden venir acá sin problemas", puso como justificativo. Y luego comenzó su relato minucioso.

"Llegan a cenar los martes, miércoles y a veces los jueves", dijo, aunque este último día es menos probable porque, entre otras cosas, son los propios rosarinos los que empiezan a moverse alrededor de los comercios locales.

Para varias fuentes consultadas por este diario, "es una fija que si una pareja está cenando un miércoles en un boliche piola, es porque está de trampa".

Según Duflos, ese es el día "clave" porque suele ser también una jornada habitual de reuniones empresariales o encuentros profesionales. En efecto, cuando este medio habló con el dueño del restaurante justo había un encuentro organizado por una firma internacional. Esta situación fue el punto de partida para hacer referencia a la trampa ocasional: los encuentros furtivos que se producen durante este tipo de acontecimientos empresariales obligan a los participantes a pasar en Rosario una noche en medio de la semana de trabajo. "Fijate vos, esta gente tuvo actividades por la mañana, después un lunch, siguió en reuniones, vino a cenar y después continuará la noche en un bar clásico (para estas lides)".

En la esquina de Salta y Alvear, la movida de los miércoles es impresionante. Allí, en general, concurren hombres ávidos de distensión y esparcimiento a tomar algunos drinks, escuchar música y bailar. "Tras beber vino en la cena, van ahí por el champán", cuentan. Por eso, el lugar es frecuentado por damas deseosas de conocer una pareja de alto nivel y con dinero.

Por lo tanto, son los restaurantes y determinados sitios donde se puede bailar y escuchar música fuerte los verdaderos testigos de la trampa.

Por si las moscas, los primeros son elegidos fundamentalmente si desde el exterior no se ve hacia adentro o, en todo caso, se ve poco.

"Los empresarios se traen a las secretarias y la pasan bomba", señala un mozo. Gastan menos que en Buenos Aires (allí un cubierto supera siempre los 60 pesos), disfrutan platos exquisitos, se divierten y la rompen en el hotel.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
El perfil de los amantes que llegan a la ciudad


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados