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viernes,
23 de
septiembre de
2005 |
Un hecho similar
El caso de la nena de Mugueta se suma al drama que vivieron dos hermanitas de Bigand y que tomó estado público hace dos meses, cuando los vecinos denunciaron ante la policía que las menores eran abusadas en forma reiterada y obligadas a prácticas sexuales por su madre y padrastro. Ambos hechos desnudan una trama sórdida y compleja. Para el juez de menores, Jorge Cartelle, hay un estado de violencia latente o explícita en la sociedad que emerge en situaciones familiares más duras, pero aclaró que el tema de las agresiones sexuales se da en todos los sectores sociales y "muchas veces no se denuncian".
Al igual que los hermanitos de Mugueta, los de Bigand también permanecen alojados en un hogar donde reciben cuidados. La pareja acusada de la agresión sexual está detenida y espera sentencia. El juez adelantó que es difícil tomar medidas hasta que se resuelva el caso penal contra la madre y su pareja.
Por su parte, la psicóloga Sandra Piotto dijo que este tipo de situaciones son complejas con muchas variables en juego. "Es importante ver cómo actúa e interviene la Justicia", comentó. Además, instó a preguntarse por el rol de los adultos en estas instancias y a indagar cuál es el papel del Estado, que debería acompañar la educación de los niños para evitar que se llegue a este tipo de situaciones.
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