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| sábado,
17 de
septiembre de
2005 |
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Charlas en el Café del Bajo
-Anteayer leía en la sección Cartas de los Lectores de este diario palabras de queja de la lectora María Silvina Castellarín por el mal servicio que prestan las compañías de telefonía en el país, especialmente el servicio de telefonía celular y muy especialmente la empresa Personal.
-Lo que está sucediendo es sólo posible en este país, pero atención que no es únicamente Personal la responsable, porque el gobierno nacional nada hace al respecto y aquí, según parece, se permite cualquier cosa.
-La lectora decía lo siguiente respecto de la empresa en cuestión: "Desde el 8 de septiembre le hice una recarga a mi teléfono, pero hasta el día de hoy no he podido utilizarlo por problemas técnicos de la compañía. El 10 volví a pagar otra recarga con el fin de poder realizar llamadas... y nada, todavía a día 15 de este mes estoy incomunicada. Y lo único que te responden en atención al cliente es que hay que esperar 24 horas, pero ya van... ¿Les parece? No hay derecho. Si saben que no van a poder brindar un buen servicio a tantos clientes... ¡¡¡paren!!! ¡Dejen de vender un poco y ocúpense de los actuales clientes!".
-Tiene toda la razón.
-Pero esta no es la única falla de la empresa, pues en virtud de la cantidad de líneas que han vendido y la escasa infraestructura técnica (antenas, por ejemplo) el servicio es pésimo, porque hay comunicaciones que se cortan, descargas, mensajes atrasados, etcétera. Y lo más lamentable...
-¿Qué es lo más lamentable?
-Que no hay control en las llamadas y entonces quedan muchas dudas sobre el consumo y la facturación. Mucha gente se queja, por ejemplo, de que tiene planes de 200 o 250 minutos libres y resulta que a la quinta o sexta llamada el crédito ha descendido a la mitad sin que el tiempo de uso de la red haya sido excesivo. ¿Qué hace -me pregunto- la Comisión Nacional de Comunicaciones?
-Después las autoridades nacionales se suben a un escenario en campaña y dicen que van a defender los intereses de la ciudadanía. En lo referente al servicio de telecomunicaciones parece que la defensa brilla por su ausencia.
-La telefonía, y puntualmente la telefonía móvil, es un servicio importante para el ser humano de nuestros días. Mediante una simple comunicación se puede salvar o no una vida, se puede concretar un negocio que beneficiará a muchas familias o se puede impedir una desgracia, o simplemente con una llamada se puede tranquilizar a un ser humano desesperado. Por distintos motivos las compañías, y fundamentalmente Personal, no están brindando el servicio tal y como corresponde. Las quejas abundan y cada día son más.
-Así es, y creo que es hora de que alguien en el gobierno haga algo al respecto. Es hora de que se ponga fin a esta situación.
-Y sobre todo que exista un sistema efectivo de defensa del consumidor, especialmente en lo referido a prestación del servicio y control del tiempo de llamadas, a los efectos de evitar dudas y sospechas en la facturación y el consumo del mes.
-Y que ante la detección de irregularidades se apliquen fuertes multas a las empresas prestatarias de los servicios y el resarcimiento correspondiente a los consumidores. Porque de algo estamos seguros, mi querido amigo...
-¿De qué cosa?
-De que en sus países de origen estas empresas seguramente no harán lo que hacen aquí, habrá inversiones, habrá mucho más respeto por el consumidor. Pero como aquí parece que vale todo...
-Bien, dicho esto terminemos la charla de hoy con nuestras frases de despedida habituales.
-Para reflexionar: "Piensa en todo lo que tienes, no en todo lo que te falta".
-Y yo le devulvo esta otra que pertenece al desaparecido y controvertido actor norteamericano James Dean, es buena aunque él parece que, lamentablemente, no pudo aplicarla para su vida: "No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino".
Candi II
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