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 miércoles, 14 de septiembre de 2005  
La confiabilidad de los análisis en la mira
Aseguran que pocos laboratorios trabajan bajo sistemas de calidad. IRAM apunta a que las empresas de salud normaticen sus procesos

Florencia O'Keeffe / La Capital

La implementación de estándares de calidad es una deuda pendiente en la mayoría de las instituciones públicas y privadas del rubro salud, y esto incluye a los laboratorios de análisis clínicos. Según los registros del OAA (Organismo Argentino de Acreditación) sólo cuatro laboratorios médicos en todo el país obtuvieron reconocimiento internacional de su competencia técnica. Otros tres se hallan en proceso de acreditación. ¿Desconocimiento, falta de incentivos, dificultades económicas? ¿Cuáles son las causas por las cuáles los laboratorios no normatizan sus procesos de trabajo?

La poca adhesión a sistemas de calidad alineados con normas internacionales se basa en dos pilares: desconocimiento sobre lo que esto aporta como valor agregado y falta de un marco legal, según Corina Dagliano, especialista en ingeniería de calidad y experta en calidad en laboratorios del IRAM (Instituto Argentino de Normalización y Certificación). "Estamos en el campo voluntario, en la Argentina no es obligatoria la adopción de sistemas de calidad para laboratorios, no hay regulaciones que las soliciten", señala. Para las empresas que exportan, por ejemplo, se hace imprescindible disponer de resultados con validez internacional emitidos por laboratorios acreditados, pero en el área salud, como el impacto económico es muy bajo y se trabaja sólo en el mercado interno, no hay tantas exigencias.

Además, el cliente, en este caso el paciente, no tiene los conocimientos para juzgar técnicamente. "A los médicos, sanatorios e instituciones hospitalarias les cabe una responsabilidad ya que son quienes deberían exigir a los laboratorios la acreditación de su competencia porque son ellos los que medican o no, indican tratamientos en base a esos resultados y los que conocen la gravedad de un estudio mal hecho o de un análisis equivocado. Ellos son justamente los que conocen su impacto en la salud física, mental y algunas veces sobre la vida misma", opina Dagliano.

Los beneficios de tener una norma de calidad en este rubro son importantes para los pacientes, para los médicos que toman decisiones a partir de esos análisis y para el propio laboratorio que logra una mejor manera de trabajar y gana en confiabilidad y prestigio, agrega.

El IRAM, que se se encuentra abocado a la difusión de la importancia de la aplicación y acreditación de gestiones de calidad en salud, afirma que quizá hay muchas empresas del área que operan correctamente pero no vieron aún las ventajas de acreditar su forma de trabajo.


Un tema con historia
El interés por los sistemas de calidad comenzó en los •70 y se afianzó en los •80. La creciente competitividad mundial impulsó a las industrias a adquirir determinados estándares de calidad reconocidos internacionalmente. En Argentina fue recién en los •90 cuando empezaron a multiplicarse las empresas que accedían a niveles estandarizados de calidad. Aquellas que exportan llevaron la delantera, pero el rubro salud aún está bastante al margen.

Un sistema de calidad exige un compromiso por parte de la empresa, sea cual sea el rubro, por trabajar con controles en cada uno de los aspectos que hacen al producto final, en este caso, los análisis clínicos. "Implementar un sistema de calidad de gestión es adoptar una filosofía de trabajo orientada hacia la mejora continua y la satisfacción de todas las partes interesadas. No se limita a superar las evaluaciones y adquirir un certificado", explica Dagliano.

La implementación de un sistema de calidad permite mejoras en las actividades diarias del laboratorio, desde la recepción de muestras a la entrega de los resultados. De esta forma se minimizan errores, se reducen costos, hay otro aprovechamiento de los tiempos, se logran ritmos de tareas más apropiados y un mayor compromiso de todos los empleados en la calidad del trabajo, asegura la especialista del IRAM.


Costos
En relación a la inversión monetaria que implica tomar la decisión estratégica de implementar un sistema de calidad, la especialista sostiene que no necesariamente hay que desembolsar mucho dinero, "en la mayoría de los casos no son altas inversiones; tal vez en un primer momento hay que desembolsar más, pero eso redunda de inmediato en reducciones de costos por procedimientos que se estaban haciendo mal, o dos veces".

En el momento en que un laboratorio clínico decide incorporar esta modalidad de trabajo, lo más conveniente, como sucede en empresas de otros rubros, es contratar una consultora especializada que haga una primera evaluación y sirva de guía durante el mejoramiento de los procesos. Cuando se está a punto para la primera evaluación se informa al organismo de control, quien será finalmente el encargado de comprobar si se están cumpliendo los objetivos propuestos. Las evaluaciones están a cargo de peritos técnicos, expertos en el tema. "Es muy importante el control de expertos porque cada aspecto influye en la calidad del resultado", agrega Dagliano.

De cara al futuro Dagliano se manifestó optimista. Si bien en la actualidad hay mucho desconocimiento sobre el tema, a medida que se sumen más laboratorios, la necesidad de aplicar normas de calidad se hará más grande, afirma. "Hay como una competitividad natural que llevará a las empresas del rubro a sumarse a la aplicación de sistemas de calidad. Ya es muy importante que sean cuatro" y al respecto remarca que resulta "clave" que los sanatorios, clínicas, hospitales y toda la comunidad médica, "exijan estos parámetros para trabajar con tranquilidad y seguridad".


¿Acreditación o certificación?
Si bien hay muchos laboratorios que cuentan con certificaciones otorgadas por distintos organismos que avalan sus procedimientos, Dagliano señala que certificación no es lo mismo que acreditación y lo explica técnicamente: "La certificación es una acción por la cual un tercero fundamenta la confianza a un producto, proceso o servicio y emite un certificado de conformidad con una determinada norma. La acreditación, en cambio, es un proceso de evaluación muy exigente que demuestra que el laboratorio tiene competencia técnica".
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La calidad de los procedimientos influye en forma directa en el resultado.

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