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martes,
13 de
septiembre de
2005 |
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Dos veces bueno
La cena por el Día de la Industria en el Club Talleres de Villa Gobernador Gálvez reunió días pasados a más de mil comensales. Hubo distinguidas presencias y larguísimos discursos, algunos de casi 45 minutos. El más que breve a la hora de la alocución
-era ya la una de la mañana- fue el gobernador Jorge Obeid. El mandatario santafesino tenía a la mano varias páginas listas para ser leídas. Lejos de hacerlo, las dobló y se las guardó en el bolsillo del saco. Y tras la felicitación de rigor a los industriales en su día, el Turco dijo que en su calidad de ingeniero siempre se encontró muy vinculado al sector. "Pueden tener la certeza de que nuestra gestión seguirá haciendo lo que pueda y aún más para que sigamos adelante". Y seguidamente formuló una aclaración que había quedado picando. "En cuanto a mi discurso -dijo tocándose el bolsillo donde reposaba- los interesados pueden leerlo mañana en la página web de la provincia. Y fue el más ovacionado de la velada.
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No quiere escuchar
Los que lo critican en voz baja dicen que el conflicto se complicó porque el hombre es duro de oído. Los otros, son bastante más duros. Lo cierto es que Raúl Bertone parece tener pocas respuestas para la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario, que ha suspendido los conciertos programados por falta de presupuesto y porque los cargos vacantes no se cubren. El secretario de Cultura de la provincia supo hacer en su momento jugosas inversiones para contratar artistas encargados de animar fiestas oficiales. ¿Pensará que la Sinfónica local no merece ser considerada patrimonio cultural? Sus próximos pasos darán la respuesta.
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De puro contra
El hombre les tiene tirria a los Simpson. Y en cada oportunidad lo hace notar. Fue así que por enésima vez el veteranísimo conductor de radio cerealista admitió que una hija suya ve habitualmente el contestatario dibujo nacido de la pluma de Matt Groening. "A mí la línea del dibujo me parece de mala calidad. Además, no hablan de mate amargo, taba, truco... Es, evidentemente, otra idiosincrasia. Y sí, ¿se imagina alguien a Homero tomando mate en vez de cerveza?
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¿Testarudo o ahorrativo?
El veterano periodista con cara de niño, soltero empedernido, espera con ansia que llegue el viernes para disfrutar su franco. Afecto a las charlas amenas junto a la barra de una tradicional confitería del centro, el hombre estira las horas con una copa. Y cuando llega la hora de mover el esqueleto y la música pegadiza les hace llevar el compás a las damas, todos saben que es el momento de oblar el precio de la entrada. Todos, menos él. Porque sistemáticamente se empeña en tratar de no pagar por ese derecho. Aniquilados todos sus argumentos, optó últimamente por llegar más tarde al reducto, pero el artilugio no dio resultado. Los mozos se preguntan ahora qué nueva treta estará urdiendo el obstinado. |
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